Hoy Topagunea celebra en Eibar el 1500 bolo de Kultur Errota (zorionak) y el martes fuimos nosotros los que celebramos el décimo aniversario de Gazteszena en el Centro Cultural Egia.
El acto tenía previsto su comienzo a las 20:00 horas. A esa hora se abrieron las puertas de Gazteszena y la gente que se acercó pudo contemplar un local con aire de cabaret moderno, con mesas altas y bajas, y arreglado con el gusto de siempre.
A las 20:10 le tocó el turno al Biarritz Ballet Junior, acompañado al piano por Maite Martínez de San Vicente Garaialde. Nada más terminar, subió al escenario el delegado de Cultura, Ramon Etxezarreta. Se rió de sí mismo acordándose de cómo ha cambiado en estos diez años: en 1998, le cabían todas las chaquetas, mientras que ahora no hay una que pueda atarse. Citó también el encargo del alcalde (que no hiciera un teatro más en la ciudad) y que eso sí que se ha conseguido. Tuvo palabras de agradecimiento para los allí reunidos, porque eran ellos los artífices de la cosa.
Tras el saludo institucional, los camareros (creo que no había chicas) comenzaron a acarrear bebidas y pinchos varios, al tiempo que el malabarista Dico Bar hacía ejercicios de equilibrio con copas y demás.
El DJ Guille Milkyway tuvo que adelantar su hora prevista para pinchar música. Escuché poco su set, pero lo poco que escuché fue elegante y con mucho gusto. Al mediodía leí la entrevista de Mikel Gurpegi en el DV. Merece la pena leer lo que dice el artífice de La Casa Azul con respecto a la música y al festival de Eurovisión (fue uno de los grupos finalistas en España).
Fue un acto con el mínimo protocolo y el cariño de siempre. Pude saludar a varios músicos y amantes de la música como Joserra Senperena, Rafa Berrio, Joshe Mari Huarte, Cruz Larrañeta, la peña de Thee Brandy Hips (repartiendo flyers en los que propagaban la posibilidad de bajarse gratis la música de su web), Sergio Cruzado, Jorge Primo. Había también gente del teatro como Ana y Patxi Pérez, Lourdes Merino, Pili Guerra, entre otros. El mugalari y dantzari Filgi Claverie, con la gente de Dantzaz elkartea. Vecinos del barrio. Asociaciones que paran por allí. Trabajadores del centro, así como otros de Donostia Kultura.
Los más atrevidos (o los más incautos) seguimos en Le Bukowski. Por cierto, que me enteré
que Le Bukowski tiene problemas con el Ayuntamiento. No me quedé con la
razón exacta, pero me parece que una ciudad que aspira ser capital cultural
europea no debería poner la soga en el cuello a los pocos garitos que cuidan el
ambiente y la cultura nocturnos. Digo yo, pero ya verán ustedes cómo sí lo hace.
Comentarios
Escrito por: alajaina!.2008/05/28 23:34:13.277000 GMT+2