Hoy se cumplen cinco años del cierre judicial del diario Euskaldunon Egunkaria. Aún recuerdo el escalofrío que sentí cuando me enteré de la mala nueva. Sin embargo, no recuerdo el cómo. Me da que sería en casa, al encender la radio por la mañana, porque la operación policial fue de madrugada. A los pocos días, el sábado concretamente, asistí a la mayor manifestación en la que he estado jamás.
Poco a poco, los detenidos fueron puestos en libertad. Algunos denunciaron haber sido torturados y nosotros, aunque les creíamos, no dábamos crédito a lo que contaban. Hubo muestras calurosas de cariño, pero el fuego inicial se fue apagando. Como dice Luistxo en el arranque de su blog, yo también pensé que la llegada a Moncloa del presidente Zapatero supondría el final de este espectáculo tremebundo. Sin embargo, hoy es el día en que aún siguen vigentes las peticiones de cárcel e indemnizaciones millonarias para doce imputados en las dos causas, la económica y la otra. Además, ya no hay marcha atrás y los juicios se celebrarán en un plazo relativamente corto.
Sabiendo que varios de ellos son personas que han tenido una actitud intachable a lo largo de su vida, me pregunto cómo hemos podido llegar a esta situación tan lamentable. Un lector dejó hace unos días un comentario en el arriba citado blog de Luistxo. Viene a decir que mientras que los presidentes estadounidenses lanzan bombas en algún lugar del mundo cuando su política interna les falla (si es que cabe distinguir la política interna de la internacional de los Estados Unidos, los amos del planeta), los presidentes que se aposentan en Moncloa montan operaciones en el País Vasco cuando no les cuadran las cuentas.A la espera de que algún día termine nuestro tormento, mientras tanto seguiremos diciendo ¡Egunkaria libre!
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