La expresión no es mía, sino del escritor bilbaíno Pedro Ugarte. Y es que este fin de semana he parado por Bilbao, aunque previamente hemos estado un par de días en el balneario que parece la sede de la selección española de fútbol.
El domingo por la tarde arribamos a Bilbao. Después de dejar los trastos en un hotel que está pegadito al Kafe Antzokia, bajamos por las Siete Calles. El tiempo no invitaba a salir. Las calles de la zona no estaban concurridas. Es más, estaban tristes. Como yo tras comprobar que la lingua navarrorum apenas tiene presencia en la capital del mundo mundial.
Las Siete Calles
Tomamos algo en Kalderapeko. Había una ruidosa cuadrilla alargando una comida opípara. Castellano de la Real Academia como banda sonora.
Los bares de la Plaza Nueva estaban cerrados (o cerrando). Nos acercamos a la Cafetería Boulevard. Picamos mal que bien y al hotel. Había concierto en el templo.
Albia
No nos levantamos muy pronto, pero tampoco era demasiado tarde. En el vestíbulo del hotel, triunfaban La Razón y el ABC. Algún ejemplar de La Vanguardia y de Deia. España plural.
Desayunamos en el Café Iruña. Allí vi por vez primera un ejemplar, en papel, del diario gratuito 20 minutos.
Zubiarte
Nos perdimos en las tripas del centro comercial Zubiarte. En la entrada, unas fotos de Andoni Zubizarreta. Al principio pensé que el de Aretxabaleta tendría algo que ver con el lugar, pero no era así. Estaba allí porque había una iniciativa para elegir entre "5 caras de Euskadi". El quinteto lo completan Ainhoa Arteta, Kepa Junkera, Martin Berasategi y Joane Somarriba. Cada uno de ellos está asociado a una ONG. Y la clientela ha de votar por alguno de ellos. Un voto, un euro para la asociación. La típica chorrada de centro comercial que da grima. Y sobre todo da grima que esta gente se preste a ese juego. Vomitivo.
Guggenheim
Nos subimos al último piso. Desde la cafetería, teníamos el museo Guggenheim Bilbao enfrente. La
verdad que el aperitivo sabe mejor con semejante vista.
Ahora bien, entre medias, un solar vacío. Bueno, poco le queda, porque hay un cartel azul enorme que reza "Vallehermoso". Otro cartel más pequeño dice “Amenabar”. Barracones, charcos, barro, grúas, obreros, encargados, automóviles… y nosotros mirando. De vez en cuando pasaba un tranvía.
Hablamos castellano cojonudamente
Entré a la tienda que la cadena Elkar tiene al lado de la Subdelegacion del Gobierno. Poco euskara (¿aquí tampoco?). La clientela prefiere el castellano.
Un trago más en el batzoki de Abando. El único que se dirigió al camarero en euskara, el menda. Los demás, hablaban castellano cojonudamente… como buenos vascos. “Euskadik behar zaitu”, en la parte trasera de la camiseta de la camarera.
Después de comer, Gran Vía, en un balcón de la Diputación Foral: “Bakea behar dugu. Necesitamos paz”. Pues sí.
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