"Martínez es madrileño, está casado y tiene dos hijos. Desde hace más de cinco años forma parte del equipo que se encarga de la seguridad de Borja y Blanca. Está contratado a través de la empresa Prosetecnisa, son sede en el País Vasco, y su sueldo supera los 2.500 euros. (...) Martínez ha superado todas las pruebas del Ministerio del Interior (que no son pocas) y es escolta privado desde febrero de 2004. (...) Pero por mucho celo profesional que tengan David y sus otros dos compañeros (son tres los guardaespaldas con los que cuentan B & B), sigue siendo insuficiente. Según un experto consultado por La Otra Crónica (LOC), su potencial para ser secuestrados exige al menos de cuatro escoltas por turno, más dos vigilantes de seguridad en su domicilio".
Es algo que leí durante las pasadas vacaciones veraniegas, el 29 de agosto en concreto, en el diario El Mundo (Borja y Blanca: siempre con el escolta de la discordia). Hay más datos en la información, pero me parece tremenda la última frase. Es claro que hay clases y que sólo unos cuantos periódicos situados a la derecha del padre pueden propagar este tipo de cosas sin que les pase nada.
No hace falta imaginarse dónde acabaría el director de algún otro periódico por publicar lo mismo, ¿no?
Lo mejor de la noticia era que aparecía bajo el epígrafe Celo profesional.
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