El fin de semana pasado leí la entrevista que la periodista Zihara Jainaga Larrinaga le hizo a la científica Ana Zubiaga Elordieta y que publicó Berria el domingo: Ana Zubiaga: «Helburua minbiziaren hilkortasuna saihestea da».
Mis conocimientos científicos brillan como el sol en un día lluvioso de invierno en San Sebastián, pero me llevé las manos a la cabeza porque no conocía a Ana Zubiaga. No tenía ni idea de quién era.
Leí la entrevista y me gustó hasta el punto de que la aparqué a la espera de releerla y traducirla este fin de semana.
Habla de cáncer, porque es investigadora en ese campo, pero también regala frases como esta que he usado para titular este apunte: «Ser científica es ser artista».
A partir de aquí, les dejó con entrevistadora y entrevistada.
Fotografía de Marisol Ramírez (Foku) para Berria.
Ana Zubiaga: «El objetivo es evitar la mortalidad del cáncer»
Tras 40 años de carrera, la científica Ana Zubiaga Elordieta (Forua, Bizkaia, 1959) tiene un currículum extraordinario. Estudia las bases del cáncer, y es referente internacional en este campo. Es también miembro de Jakiunde. El año pasado recibió el Premio al Mérito de Elhuyar Fundazioa por su labor en la normalización del euskera y en la divulgación de la ciencia en la sociedad. Ha recorrido el mundo de investigación en investigación, pero sabe perfectamente de dónde viene: «Soy hija de caserío». Explica las cosas con calma y con suavidad, para que le entienda todo el mundo. Afirma que el cáncer no desaparecerá, pero confía en que deje de ser mortal. Se ha mostrado crítica con el papel que la ciencia tiene en el mundo universitario.
Zihara Jainaga Larrinaga: ¿Nació con el ansia de saber?
Ana Zubiaga: Siempre me ha gustado la naturaleza. Soy hija de caserío, y los que hemos nacido y vivido en el caserío siempre hemos tenido una relación directa con la naturaleza. Pero tuve serias dudas a la hora de elegir estudios; me gustaban mucho las ciencias naturales y las matemáticas, pero también el arte y la historia. Había muchas cosas que me interesaban: de la misma manera en que me decidí por la biología, si hubiera elegido otra cosa, creo que habría obtenido una satisfacción similar.
ZJL: ¿Fue en casa donde le transmitieron la pasión por la ciencia?
AZ: Mi padre y mi madre eran de caserío, no tenían estudios, y no sabían muy bien cómo guiarme, hacia dónde dirigirme, qué estudiar... Pero conseguí una cosa que me parece muy importante: tenían una gran confianza en mí. Decidía por mi cuenta, porque en casa no tenía esa guía, pero mis padres me protegían: me animaban, me ayudaban. Recuerdo que cuando les dije que estudiaría biología no sabían lo que era, y podían haber dicho que quizás era mejor hacer otra cosa. Pero, al contrario, recibí el visto bueno de ambos.
ZJL: ¿Por qué eligió biología?
AZ: En aquella época, Félix Rodríguez de la Fuente presentaba un programa en la televisión y era un gran divulgador. Él fue el primero que hizo documentales sobre la naturaleza, especialmente sobre los animales. Técnicamente eran documentales muy buenos, explicaba las cosas de manera apasionada. Todos solíamos estar maravillados. Y creo que eso tuvo un gran influjo en los jóvenes de entonces. La biología era un campo nuevo, pero, viendo que ofrecía la oportunidad de aprender muchas cosas sobre el medio, me generó interés y fue el último empujón para tomar esa decisión.
ZJL: Y dentro de la biología, la genética.
AZ: Son estudios que se alargan en el tiempo: una carrera de cinco años, el doctorado, la tesis doctoral.. En ese largo viaje, cada cual va modulando su recorrido de alguna manera. Actualmente soy catedrática de Genética, pero lo que hago en concreto es genética molecular, biología celular, y no estoy totalmente centrada en la genética.
ZJL: Aunque fuera vascohablante, tuvo que hacer los estudios universitarios en castellano.
AZ: En toda la carrera, únicamente hice una asignatura en euskera. El profesor Jesus Mari Txurruka formó un grupo de personas que estaba dispuesto a hacer las prácticas en euskera. Cuando formamos el grupo, nos dimos cuenta de que en clase había varias personas que sabíamos euskera, pero que hasta entonces no lo hablábamos entre nosotras, porque desconocíamos ese hecho.
ZJL: Tuvo la oportunidad de ir a los Estados Unidos.
AZ: Las oportunidades se buscan. En nuestro campo es muy importante ir a otros centros, aprender de ellos. Mientras hacía el doctorado, pasé temporadas cortas en Inglatera y Alemania, y aprendí mucho. En los doctorados, la mayoría de las veces se desarrolla un proyecto pensado por el director de la tesis; es él quien te guía en gran medida. Sin embargo, en los estudios posdoctorales tienes una mayor libertad para desarrollar tu proyecto. En mi época, no había posibilidades aquí, y ahora tampoco; sí que lo hay, pero sólo si comienzas a trabajar como profesora, y esa no es la vía más efectiva.
ZJL: ¿Por qué?
AZ: Porque tienes que dedicarle a la investigación en los huecos que te dejan las clases. En otros lugares, los investigadores dedican todo el tiempo a ello. Y es lo que yo quería, y me fui por esa razón. Asimismo, los Estados Unidos me parecían el mejor sitio para la investigación.
ZJL: ¿Qué le dieron?
AZ: Me enseñó cómo se hace la investigación puntera, toda la gestión que hay en torno a la investigación. Cuando volví a la UPV-EHU, era consciente de que no era Harvard, pero sabía cómo lo hacían allí y quería traerlo aquí como se pudiera. Quería traer al País Vasco algunas formas de hacer las cosas aprendidas allí.
ZJL:¿Tenemos mucho que aprender?
AZ: Sí, y en gran medida eso ocurre porque no hay financiación. Muchas cosas no podrán hacerse hasta conseguir más dinero.
ZJL: ¿Cómo ve la ciencia hoy en día en el País Vasco?
AZ: No está bien. En España hubo una cierta subida hace tres décadas; la financiación, al fin y al cabo, muestra el interés de las instituciones por la ciencia. La cifra más alta se registró en 2008 y se acercó a la financiación media europea. Luego, Europa sufrió una severa crisis económica y, en proporción, fue en España donde más bajó la financiación de la ciencia. No ha habido una subida hasta el año pasado. No sé cuál es la razón, puede ser la crisis, pero además hay un cierto desprecio por la ciencia. En las tres provincias (Araba, Bizkaia y Gipuzkoa) las cosas están mejor; el Gobierno Vasco siempre se ha interesado por la ciencia. Sin embargo, también hemos tenido una bajada. Antes estábamos a la altura de la media europea.
ZJL: La situación no es sencilla, ¿no?
AZ: Y a ello hay que añadir la situación de la universidad pública. Creo que no nos tratan bien, no sé por qué, pero el dinero no es la única razón. Estas dos últimas décadas se han creado bastantes centros de investigación, y han tenido un gran apoyo; me parece muy bien, porque se necesitan centros de investigación para crear una masa crítica y poder hacer investigación puntera. Pero, junto a ello, he visto que no se han estrechado las relaciones entre los centros de investigación y la universidad. Cada uno se ha quedado en su lado, y eso se le ha echado en contra a la universidad. Hoy día la investigación importante se hace en los centros de investigación. Se están vaciando las universidades.
ZJL: ¿Cómo les afecta en el día a día?
AZ: La financiación es mucho menor; debido al plan Bolonia, los investigadores deben dar más clases y hacer menos investigación. Competimos con los centros de investigación para captar a los mejores alumnos; está bien que haya competencia, pero no estamos en las mismas condiciones. Parece que las autoridades piensan que la universidad es un sitio para dar clase. Si esto es así, es un problema grave. Si el alumnado no recibe la formación adecuada, luego no cumplirá tan bien con su labor. Al mismo tiempo, para dar una buena formación, el profesor tiene que ser también científico, y dando sólo clases no sé cómo se puede hacer ciencia. El profesorado universitario tiene que ser al mismo tiempo científico. Estamos en un momento crítico, y las autoridades no han dado ni los recursos ni las ideas necesarias para solucionar eso.
ZJL: Decidió volver hace 30 años. ¿Cómo han cambiado las cosas desde entonces?
AZ: Para mí fue un reto, porque cuando empecé en el laboratorio aquí había muy pocos recursos. No había herramientas ni proyecto. Tuve que conseguir financiación, proyectos y alumnos. Hemos conseguido formar un buen grupo y estoy muy satisfecha por la aportación.
ZJL: ¿Por qué decidió volver?
AZ: Para entonces ya había comenzado a buscar trabajo en Estados Unidos y, en una de esas, me llamó Jesus Mari Txurruka para decirme que necesitaban un profesor de genética y que yo era una buena candidata. Envié los papeles sin pensármelo mucho, y me ofrecieron el puesto. Dejé a mi marido y a mi hija allí y me vine. El comienzo fue duro, mucho cambio, pero veía que había la oportunidad de sacar las cosas adelante, y decidí volver. Me pareció un reto bonito ser profesora de la UPV, y veía que podía aportar algo, a sabiendas de que no tendría la repercusión que podría obtener en los Estados Unidos.
ZJL: Está especializada en la investigación genética del cáncer e investiga las bases del cáncer. ¿A qué se dedica?
AZ: Estudiamos una familia de genes. Esos genes están jerarquizados y regulan la duplicación, la parada o la muerte de las células. Es decir, determinan el sentido, la dirección, y esa es la base de la respuesta inmunológica del cáncer.
ZJL: No es una investigación cualquiera; estamos hablando de un mal que ha entrado en casi todas las casas.
AZ: La cuestión del cáncer tiene gran repercusión, y es un trabajo muy bonito investigar una enfermedad que tiene tanto eco. En el cáncer se dan muchos e importantes procesos biológicos, los cuales también se dan en muchos otros procesos. Por ejemplo, en el funcionamiento de las células madre.
ZJL: Ha dicho que el cáncer nunca desaparecerá. ¿Es así?
AZ: Sí. Hay cánceres que surgen de agentes externos. Por ejemplo, los rayos ultravioleta pueden tener que ver con algunos melanomas y el tabaco puede generar cáncer de pulmón. Pero no todos son así; a veces, cuando se duplica la célula también se duplica su ADN, y hay errores y se producen mutaciones. Esas mutaciones son las causantes del cáncer, y son inevitables porque las lleva el ser humano en su cuerpo.
ZJL: ¿Cuáles son los retos de los científicos del futuro?
AZ: Mirando hacia el futuro, podremos investigar qué efectos tienen las mutaciones para que no se produzcan o para desarrollar terapias muy específicas. Se podrá mejorar contra el cáncer trabajando con diagnósticos precoces y tratamientos específicos.
ZJL: ¿Podrá lograrse que el cáncer no sea una enfermedad mortal?
AZ: El objetivo es evitar la mortalidad del cáncer. Y para ello es importante conocer cuáles son los procesos y cómo se dan estos.
ZJL: ¿Sabemos hoy por qué se produce el cáncer?
AZ: Conocemos muchas mutaciones. Pero desconocemos cuáles son las causas que provocan los conductores de la mutación. Cuando se secuencia el ADN, se producen mutaciones, y es difícil saber si esa mutación es necesaria o es la señal del cáncer.
ZJL: ¿Qué es ser científica?
AZ: Ser científica es ser artista. Los artistas trabajan con la creatividad, y los científicos también. Tener curiosidad, ser científico es hacer preguntas continuamente. Los científicos trabajamos en un experimento, y queremos saber cómo funcionan las cosas, para mejorar.
ZJL: Es también una responsabilidad.
AZ: No podemos malgastar el dinero que proviene de las ayudas públicas o de las fundaciones. Debemos demostrar que podemos dar pasos hacia adelante, debemos responder a eso que se espera de nosotros, y eso provoca una presión constante.
ZJL: ¿Qué consejos da a los científicos noveles?
AZ: Cuando comienzas a trabajar en ciencia, te topas con una pared. Las cosas no nos salen bien y la pared es cada vez más grande. Con el tiempo aprendes a esperar ante la pared, a poner escaleras, a evitar ese muro... Mi consejo es que en las situaciones más difíciles hay que refugiarse en el colectivo. Te das cuenta de que tu vecina está en la misma situación que tú, y te ayuda. El trabajo en común ayuda mucho.
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