Me enteré de casualidad. Llamé a Metak para pedir un contacto con un músico y Karmele me dijo que llamaba por el runrún de la calle. No sabía de qué me estaba hablando, aunque no sé si ella se lo creyó. Pero era cierto: no había oído nada y mi llamada tenía otra razón de ser.
Soy irunés y mi cultura musical ha estado unida a la gente de Metak: crecí musicalmente en Mosku, abrí mis ojos y mis orejas en la tienda de música Bertso-Hop, Esan Ozenki Records me enseñó un amplio catálogo de grupos vascos y su testigo lo tomó esta empresa que tenía como logo una meta de hierba seca.
Me ha dado pena, claro. Pero no es una sorpresa. Pintan bastos para las disqueras y más para las que trabajan con grupos musicales que publican en idiomas minorizados como el euskara. ¿Cuántas disqueras quedarán en el País Vasco? Buena pregunta.
Sólo tengo palabras de agradecimiento para Jitu, Karmele, Zulu, Ioio, Iñigo…
Me dijeron que no podían más. Antes de meter las dos patas y cagarla de verdad, prefieren bajar la persiana y cerrar la puerta el próximo 31 de enero.
La mayoría rondan los 40. Que vengan los de 20 para seguir esta larga carrera de relevos.
Agur Metak, Metak agur.
Sin pizca de nostalgia.
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Escrito por: william garcia periut.2008/02/08 22:45:29.170000 GMT+1