Mi sobrino Iván, que es ortizcultor, me llama la atención sobre una ilustración contenida en la página 204 del mencionado manual, en la que se nos da una prueba palpable de por qué los Estados Unidos de América han llegado a convertirse en primera potencia mundial: allí la gente es inteligente, en tanto que los demás somos tontos del culo.
Obsérvese:
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En Norteamérica. En el resto del mundo preferimos los invernaderos que precisan más piezas. Por el aquel de gastar tontamente. Así nos va.