El siempre dispuesto Esteban Ibarra, profesional del altruismo y de las más variadas
oesigés (organizaciones sí gubernamentales... y sí autonómicas, y sí municipales, y sí todo lo que proporcione subvenciones), decidió hace meses homenajear por su cuenta y de antemano al hoy ya premio Príncipe de Asturias de las Artes, Bob Dylan, encarnando el lema con el que bautizó una de sus más célebres canciones: «Forever Young» (o sea, «siempre joven»). Así lo demuestra el título que exhibió para anunciar su participación en unas Jornadas organizadas por el Ayuntamiento de Madrid. Véase el programa:
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¡Presidente de una Fundación de jóvenes con sus cincuenta y tantos tacos a la espalda! Claro que, tratándose de jóvenes que se definen por estar en contra de la intolerancia, se supone que le toleran todo lo que quiera. Que para eso los preside.