Y nos vamos a vestir
de piel de cangrejo
de melena de melón
de plástico viejo,
codo con codo cantar,
torcidas entrañas,
melodías del alcohol
y letras extrañas.
Cenicero, ruedecilla, cucharilla, azulejo
majadero, buhardilla, mantequilla, pellejo,
entresuelo, gelatina, carabina, gamuza,
bisabuelo, cartulina, disciplina, merluza.
Lleva fábrica, médula, ópalo,
como si lámina, cédula, órgano,
dicen que báscula, éxtasis, rústico,
parecen cápsula, énfasis, cúbico.
No poder memorizar
tantas incoherencias
que son para imaginar
con libre licencia.
La más pura diversión,
la de los poetas,
comienza por desbarrar,
girar la ruleta.
Colorante, porcelana, avellana, palanca,
fascinante, valeriana, cortesana, barranca,
funcionaria, batacazo, antebrazo, quinteto,
maquinaria cañamazo, embarazo, concreto.
Lleva químico, círculo, próspera,
como si hípico, título, cólera,
dicen que éxodo, célibe, tráfico,
parecen método, hélice, gástrico.
Parafraseando la imagen (si es que eso se puede
hacer) de España como piel de toro,
en mi segundo cd se me ocurrió utilizar el título de esta
canción como símbolo de la Región de Murcia .
Partiendo de la Manga del Mar Menor a modo de pinzas,
podríamos imaginar un mapa regional con forma
de piel de cangrejo.
Bueno, quizás con mucha imaginación.
Y de eso trata la cosa, de fantasear. Reflexionar
sobre los límites de la realidad aprovechando el lenguaje
y sus posibilidades como herramienta.
Normalmente escribo las canciones a partir de una idea
previa, en este caso la escribí a base de
agrupar esdrújulas en una suerte de rima matemática,
porque empezaron a salir así, no riman sólo los versos
sino algunas palabras con las de los versos consecutivos.
Tan estaba disfrutando que llanas y agudas se apuntaron
al juego.
Poco a poco y yuxtaponiendo lo más
aleatoriamente posible (algo siempre se elige)
conseguí finalizar el extraño reto.
De las sensaciones del proceso salió el estribillo,
el cual, en realidad, se limita a constatar
el efecto que me estaba produciendo la acción
que realizaba en el momento de componerlo.
Aunque ahora que lo pienso mejor, quizás sí había una
idea previa, dejarse llevar...
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