Si me dices: ”Buenos días”
no quieras de mí abusar,
no resulta tan difícil,
sólo ponte en mi lugar.
Trátame con cortesía,
que no es: “¡gracias!" Por favor
usa de tu inteligencia
tu respeto y tu calor.
OBRAS SON AMORES,
QUE NO BUENAS RAZONES
SINO OBRAS.
Me deseas buenas tardes
yo prefiero algo mejor,
que es poder contar contigo
haya llanto o diversión.
Uno oye tantas cosas,
oye tantas tonterías
que tiene que estar atento
y distinguir las mentiras.
Y serán muy buenas noches
si al recordar la aventura
de haber vivido otro día
sonríe la vida dura.
¿Cómo estás mi buen amigo?
En la mejor compañía,
porque dices lo que dices
cuando dices: ”¡Buenos días!”.
Estaba en Inglaterra como ayudante de español en un instituto de secundaria, era 1996, octubre para más señas, y me estaba planteando cómo motivar a los alumnos para hablar más, para sentir que este idioma podría aportarles algo (más allá de un sueldo como azafatas o lo que fueran a ser).
Mi problema con el idioma extranjero siempre ha sido este: ¿para qué hablar otro si con el mío ya me apaño? Siempre me había parecido un código extraño, nunca se me había contextualizado, no me aportaba algo necesario o divertido que no me aportara el mío. Intenté que no les ocurriera lo mismo a mis alumnos.
No me enseñaron inglés cantando. Para mí, las canciones en inglés son (todavía) carne de ascensor, desconexión automática del contenido, sólo música y onomatopeyas más o menos sonoras. Una pena teniendo en cuenta que me entiendo bastante bien con los ingleses (trabajo en un centro internacional) y mi especialidad en magisterio es filología inglesa, esto es, que lo hablo y escribo con cierta facilidad.
Busqué pues, una canción en castellano, con el primer tema del curriculum, saludos. Como no encontré ninguna, me puse a componerla, ni más ni menos.
El caso es que me di cuenta que componer por componer tampoco me sale y acabé trasladando al papel una reflexión sobre la cortesía, en un pais en el que todas las muletillas de cortesía se intercalan con las palabras con tanta naturalidad como aquí (en Murcia) perdemos las "S" o las "R" finales.
A mí me escamaba (todavía lo hace) tanta educación formal en la metrópoli del Imperio Británico (un imperio tan cruel con propios y extraños como cualquier otro de los que han existido) y quise darle un toque ético al asunto, pero a la vez nombrar las expresiones básicas (excepto hola y adios, que ésas ya las sabían) que era el objetivo pedagógico inmediato.
En 2004 me propusieron participar en un cd "Directo a la solidaridad" con una grabación a una sola toma (el presupuesto no daba para más) entre amigos. Entre otras muchas canciones políticas que podía haber elegido, me vino a la mente ésta porque me parece relevante reflexionar sobre las fórmulas de cortesía y lo que significan. Sacarlas de la costra de lo cotidiano y valorar lo que deseamos a las personas cuando las usamos. Ojalá fuéramos más conscientes de lo que decimos con ellas y su uso nos hiciera más empáticos con los demás cada vez que las usamos.
Por cierto, aquel año se celebró en el Instituto un concurso musical y participé con una de las clases de español quedando los segundos (seguro que influyó la parafernalia de paneles y teatro que montamos alrededor del tema, porque el coro era bastante... bienintencionado). Cantamos "Macarena". Se hace lo que se puede.
Comentarios
Lamento que no se haya podido escuchar la canción, estoy aprendiendo y de vez en cuando me pasan cosas así, doy por sentado que ya sale todo bien y no reviso al día siguiente... espero haberlo arreglado ya.
Remitente: jesus cutillas.2010/05/24 11:19:44.667000 GMT+2