A pelo y sin condón...

Ayer miércoles 27 de Septiembre, los padres y madres hemos tenido una reunión con la concejala de educación, el concejal de urbanismo y técnicos de la obra para comunicarnos que durante el presente curso escolar se realizarán obras que afectarán a las dependencias donde se desarrolla la actividad educativa de nuestros hijos e hijas. 
 
Las protestas de los presentes han sido inmediatas: 
 
No se entiende que no esperen al verano próximo para llevar a cabo las obras. Se nos ha dicho que la subvención de la comunidad autónoma tiene plazo de caducidad y que hay que hacerlas ahora. La consejería correspondiente debería ser sensible a las necesidades de nuestros hijos e hijas y no entendemos que no retrase ese plazo. 
 
Dicen que durarán seis meses y que por eso daría igual que se hicieran en verano o no, afectaría al curso escolar igualmente. Puede, pero serían menos meses, el comedor no se tendría por qué ver afectado, y quizás sería cuestión de que se hicieran más horas extras y se contratara a más trabajadores. Quizás sería posible acortar el plazo de ejecución de la obra, que en vez de en seis meses lo redujeran a cuatro (en junio y septiembre la actividad escolar es mucho más flexible) 
 
Se nos ha asegurado que nuestros hijos e hijas no van a correr ningún riesgo físico (accidentes). Es lógico suponer que ya lo hayan previsto, pero todos sabemos lo que significa una obra y sencillamente, no existe ese riesgo cero (por muy buena voluntad que seguro que ellos tengan). 
 
No es posible que los ruidos constantes de la obra, el polvo, los camiones cercanos... no vayan a interferir el normal desarrollo de la actividad de nuestros hijos e hijas (estamos hablando de niños de 0 a 3 años), su confort y sus derechos a la higiene y a la salud. 
 
Cuando matriculamos a nuestros hijos e hijas en el centro escolar se ofrecían unos servicios (comedor) y horarios (hasta las 17.00) que ahora, un mes después de pagar la matrícula se nos dice que no van a ser tales (durante tres meses no habrá servicio de comedor y se recortará la jornada escolar hasta las 14.30h). Se nos dice que los problemas que esto cause a los padres, los deberá resolver cada uno (¿que el que no esté a gusto que se vaya a la privada?... si es que hay plazas o dinero para pagar), que busquen a algún familiar para que se encargue de sus hijos… 
 
La obra comienza la semana que viene y la reunión informativa ha sido hoy (dos días laborales de margen para buscar alternativas), ¿a qué viene este retraso en informar? Es de suponer que a su intento de desmovilizarnos, ya que así se presentan como un hecho inevitable, las obras se van a hacer como sea y cuando sea. ¿Esta es su forma de buscar el consenso con toda la comunidad escolar? 
 
Se nos dice que hay que ser solidarios con los niños que van a poder entrar en las aulas nuevas (los que están en lista de espera) y que los padres que no lo entiendan son insolidarios con ellos. Nadie piensa que las obras no deban realizarse, pero que no sea a costa del bienestar de nuestros hijos, ya que es posible hacerlas en otro momento. Además es muy cómodo obligarnos a ser solidarios sin darnos opción a cómo y cuándo.  
 
La concejalía ha sugerido que hay que negociar por el bien común. Bien, durante todo el tiempo los padres y madres hemos propuesto alternativas para salvar la actividad del comedor. Sistemáticamente se ha dicho que no a todas las iniciativas. 
 
No es posible que sanidad prohíba la administración de alimentos mientras haya obras y que educación permita la actividad escolar en esos casos (repetimos, no se trata de un aula o un pasillo, afecta a todo el centro, sobre todo a los laterales, durante al menos seis meses) 
 
¿A qué viene realmente tanta prisa? ¿Son más importantes los 400.000 euros de subvención que los riesgos para nuestros hijos? ¿Realmente se ha intentado negociar los plazos con la consejería de educación? ¿Es posible que la consejería de educación exija este cumplimiento de plazos tan insensible? ¿Por qué? 
 
Todavía entenderíamos la urgencia si hubiera goteras, grietas o algún problema en los edificios, pero es que no ocurre nada de eso, son obras de mejora, ampliación y acondicionamiento. 
 
También han sugerido que si fuera necesario (suponemos que por la oposición de los padres y las madres) cesaría la actividad escolar para que se hiciera la obra ¿Es este el interés de los responsables políticos por la educación de nuestros hijos e hijas? ¿Se apoya así la conciliación de la vida laboral y familiar? 
 
En fin, pónganse en nuestro lugar e imaginen cómo se sentirían. 
 
Un saludo.