Preguntad a Mariano, Mariano sabe cosas,
preguntad a Mariano,
Mariano sabe mucho y mucho más.
No dejaré de ser pobre mientras haya ricos,
ni pensaré en el suicidio
hasta que ellos se suiciden primero,
no lucharé sólo por dinero,
aunque ellos lo hagan,
ni me volveré loco
hasta que ellos comiencen a serlo.
MARIANO SABE,
TIENE UN TALLER
Y ARREGLA PINCHAZOS,
MARIANO SABE,
UNA VIDA REAL
Y UN MONO DE TRABAJO,
MARIANO SABE,
Y DUDA TAMBIÉN
PERO AL FINAL SONRÍE,
MARIANO SABE, Y DICE NO.
No me voy a pudrir de asco
mientras haya ricos sanos,
ni moriré en una guerra
hasta que ellos no hayan caído,
no seguiré tan tranquilo
hasta que ellos dejen de estarlo,
ni volveré a ser ingenuo,
mientras tengan el poder.
MARIANO SABE,
LE DICEN QUE LOS RICOS
AYUDAN A LOS POBRES,
MARIANO SABE,
QUE NO QUIEREN MILLONES,
SÓLO PUESTOS DE TRABAJO,
MARIANO SABE,
SE HA DADO CUENTA DEL ENGAÑO,
MARIANO SABE, Y DICE NO.
1996.
Tras el suicidio de un par de militantes ecologistas alemanes (o eso
dijeron, lo de suicidio) nos quedamos reflexionando (un par de
segundos) y empezamos a soltar por la boca las frases que fueron
después articuladas como contenido de esta canción. Frases de
indignación y lucha.
No es que el suicidio no nos mereciera
todos los respetos (que nos los merecía) sino que en ese momento nos
dolió más el que gente currante en algo más allá que su propio ombligo
(no hay tanta) decidiera acabar con su vida de esa manera... quizás la
más consecuente... no lo sabemos porque no conocíamos todos los
detalles del asunto... vamos, que en ese energético
momento reaccionamos contra todo tipo de rendición (incluso aparente).
Mariano
es un buen amigo, de esos colegas en los que puedes confiar porque te
fallarán lo mismo que te fallarías tú, no más. Un lujo vamos. El pobre
lleva desde entonces el sambenito de que todo el mundo le mire y sonría
en los conciertos donde canto la canción, porque la gente sabe que el
tal Mariano es él. Mientras hay quien canta el tema como himno de
afirmación política personal (me consta... yo mismo a veces) otra parte
del cabrón que puedo llegar a ser, se divierte buscando como poner más
en evidencia al susodicho. Lo acepta con una sonrisa. ¡Qué remedio!
Desventajas de estar el telediario equivocado en compañía equivocada.
Ya
no trabaja en un taller arreglando pinchazos, ha pasado por técnico de
ordenadores (en esa empresa sacaron lo de "¡Cuánta presión! ¡la ostia,
cuánta presión!"), camarero, vendedor de electrodomésticos, filósofo,
educador social... y lo que le quede. Pero sigue miltando en grupos que
van más allá de su propio ombligo. Será porque sabe cosas.
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