Paco le gritó a Francoise
que soltara las volantas
y él le contestó: “Quien manda,
manda que las vuelva a echar”.
En guerra los pescadores
por cómo pescar bonito,
nadie pesca a los bonitos
de escaño, hotel y millones.
Desde el pedestal ordenan
que se arranquen más viñedos,
que no se produzca leche,
que se cierren astilleros,
y en la frontera se enzarzan
otra vez Paco y Francoise,
las cepas de mala leche
se quedan sin astillar.
MAMACITA, CADA VEZ CON MENOS GUITA
MAMACITA, SE ESTÁ YENDO PA OTRO LAO,
MAMACITA, LAS RIQUEZAS QUE NOS QUITAN,
MAMACITA, NOS VAN A DEJAR TIRAOS.
Planifican continentes
con su unión y su armonía,
se olvidan de que la gente
debe comer cada día,
pero tú no te preocupes
que todo está programado,
si te quejas cierran grifos,
tres millones más parados.
Quizás monten otra guerra
con mando desde el sillón,
se acaba con el problema
controlando población.
En fin, que ahora los caciques
deben hablar en inglés
y repartir en Bruselas
su internacional pastel.
MAMACITA, NO NOS GUSTAN LOS IMPERIOS,
MAMACITA, NI QUEREMOS SUBVENCIONES,
MAMACITA, NUESTRA VIDA ES ALGO SERIO,
MAMACITA, NUESTRAS SEAN LAS DECISIONES.
Lo malo del pan para hoy y hambre para mañana, es que el mañana llega. Inevitablemente. La alternativa sería peor.
Cuando nuestro país entró en la ahora unión europea, los magnates centroeuropeos nos obligaron a tomar decisiones en el sector primario y secundario que muchos calificábamos de suicidas. Claro, que nosotros no nos íbamos a beneficiar de las ventajosas subvenciones que iban a llegar para “apoyar” la “modernización”.
Recuerdo que tras la lucha porque no se cerraran los altos hornos de la margen izquierda del Nervión, uno de los técnicos me comentó que la producción era rentable y que las empresas rentables no se deberían cerrar ¿no? Pero claro, las decisiones imperiales tienen eso, que sólo se entienden en el conjunto del beneficio imperial. Él se tuvo que conformar con cobrar una prejubilación a sabiendas de que el lugar donde había trabajado tantos años se hundía y con él, el futuro del trabajo para las generaciones siguientes de su alrededor. Clase baja. Las decisiones las toman quienes pertenecen a otra clase social. A España le tocaba ser un país de turismo y servicios para el ocio. Frágil. A expensas de. A riesgo de. Carne de crisis.
Y de tales soplos, estos vientos.
El otro día di un concierto y me pidieron que cantara esta canción. Hacía años que no lo hacía (se compuso, grabó y olvidó hace casi una década). Me sorprendió la vigencia de la misma. Me demostró que la profecía no se basa en la capacidad de ver el futuro sino el presente. Desearía que esta canción dejara de ser profética cuanto antes, pero me temo…
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