Cuando entran el sopor y la desgana
no hay mejor estimulante
que acudir buscando aguante
al fichero de la historia.
Y dejar que vuelvan a calentar,
con su soplo más humano
quienes más nos enseñaron
a beber, vivir y amar.
Para tomar el cielo por asalto
para no vivir de rodillas,
bienaventurados los que luchan
y ven el árbol en las semillas.
Andando en verso y vida tintos
iguales, fraternos y libres,
cada humano necesario,
nadie imprescindible.
Para que para todos todo
y más a quien más lo necesita,
ver, juzgar y actuar,
no sólo frases bonitas.
Como a veces nos caemos boca abajo
y podemos confundir
descansar con no seguir,
me someto al buen consejo
de quitarme la humedad de las entrañas
con sol, jabón y un cepillo,
me froto, espabilo y brillo
porque me encuentro mejor.
Homenaje a los maestros que en la historia han sido,
a la linea de la solidaridad que se extiende aprendiendo
continuamente cómo combatir mejor al ejército de la
avaricia. Nadie es perfecto, pero hay gente que intenta
mejorar y redistribuir mejor la riqueza. Ésos
son mis amigos y con los que yo me quiero juntar.
Compuse esta canción y la canté con la idea de que
me sirviera como mantra en los momentos de bajón.
No olvidar quién soy, de dónde vengo, qué quiero
ser de mayor.
Coge fuerzas y a seguir.
Por eso os la subo, por si a alguien le sirve.
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