Ardo en deseos de saber
quién me dará el próximo tortazo
en qué piedra tropezaré
qué gota desbordará el vaso.
Queda curioso, queda gracioso
ser cenizo es un placer,
mientras no ocurre, me desaburre,
parezco un maestro zen.
El destino es un estorbo
y el futuro te marea, más
si la vida te deja hecho polvo
la muerte no veas.
Tiene su encanto perder
y su sabor el fracaso
menos te duele caer
si lo haces desde abajo
Río y sonrío, parto y reparto
y así lucen las virtudes,
rey del sarcasmo, con entusiasmo
para que el orgullo sude.
Hay momentos en que me encuentro frágil y la seguridad
de otros tiempos me abandona. Reconozco mi debilidad.
Me reconozco en ella. Me regocijo porque sigo vivo
y consciente, no porque me guste sentirme así.
También me consuelo pensando en que más bajo no puedo
caer, aunque ni siquiera de esto estoy seguro.
También me consuelo pensando en que algo aprenderé al
final, aunque ni siquiera de esto estoy seguro.
A veces estas agoreras reflexiones vienen por causas
puramente sentimentales, otras por causas económicas,
otras existenciales… ahora estoy en un momento de
perplejidad tal por causas políticas.
Ante la crisis de Libia no sé qué partido tomar. O peor aún,
me estoy decantando por pasar del tema. No sé
qué hay que apoyar. A quién sí, al pueblo llano
que compra cada día el pan y desea más justicia y libertad.
El cómo ya empieza a complicarse.
Si apoyo la intervención aérea estoy en contra
de uno de los dictadores más redistributivos
(si es que eso no es una contradicción per se)
y a favor de que funcione la maquinaria más eficazmente asesina
que existe ahora mismo en el mundo
(vease el miserable comportamiento de las tropas
en Irak y Afganistán), maquinaria engrasada para matar
a quien se oponga al liberalismo capitalista (antiredistributivo)
mundial.
Si me opongo a la intervención, dejo sin apoyo a unos ciudadanos
que estaban presionando a sus gobernantes
para que haya más libertad en su país (lo cual me parece bien)
y que estaban siendo masacrados por ello.
Que occidente sólo intervenga porque hay petróleo en juego
no me dice nada nuevo, no esperaba menos.
Si acaso, para una vez que interviene militarmente a favor
de los que protestan contra una dictadura…
claro que lo hacen contra una dictadura que ellos no controlan…
¿Eso quita toda la legitimidad moral?
Sencillamente estoy perdido y hoy por hoy
opto por callarme en ese tema. No sé, no contesto.
No me siento bien.
Comentarios
Remitente: jesus cutillas.2011/03/26 01:24:14.492000 GMT+1