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2010/05/26 13:47:25.505000 GMT+2

¡¡¡Cuánta presión!!!

 

Rebotan los sentimientos en un tambor de pellejo,

otro informe de Amnistía Internacional

y yo tan quieto, tan torpe, tan lejos...

y el mocho de la fregona se sale

y del cubo el agua

y piso y resbalo y golpeo la esquina del cristal

¡CUÁNTA PRESIÓN!

¡LA HOSTIA CUÁNTA PRESIÓN!

Cargando la ideología de cotidiana amargura

me descubro explotado como un perro

pero la sombra del paro es más dura...

y el cuchillo que no corta ¡mierda!

me corta el dedo y mancho la ensalada

y chupo y escuece

TENGO HORA Y CUARTO LIBRE

Y EL DINERO

QUE NO LLEGA A FIN DE MES,

NO QUEDA PAPEL DEL VÁTER

Y VA A EMPEZAR A LLOVER,

LA VAJILLA SUCIA SE AMONTONA

DISCUTO CON EL VECINO DE AL LAO

Y ME DUELE LA CABEZA 

Y EL GOBIERNO SE HA PASAO.

¿CON EL RABO

ESPANTA MOSCAS EL DIABLO

O ES QUE HAY MOSCAS

PORQUE HAY RABO?

¿QUIÉN APRIETA LO QUE ABARCA?

¿QUIÉN SE LEVANTA TEMPRANO?

De la librería a RENFE,

luego al banco, luego al video,

mando el FAX, recojo las fotocopias,

llevo el coche al garaje

¿o mejor empiezo por el banco y luego...

(¡coño! ¡el seguro!) y otra vez destiñó la lavadora

y el pañuelo al suelo y tierra y agua y barro

¡¡¡y no hay pinzas, joder!!!

 

En otoño de 1998 vivíamos un grupo de amigos en la huerta. Alquilamos una casa adosada a otras con una terraza que daba a varios cultivos de limoneros y naranjos (ahora una autovía). Usábamos nuestra vivienda no sólo como lugar de sueño y fiestas, sino como desahogo real para nuestros diarios avatares (esos paseos oliendo a azahar...). Desde que me mudé al campo (entonces) ya no he ido compulsivamente cada fin de semana al monte, como que no lo necesito tanto. He tenido la suerte de poder vivir en casas con huerta alrededor. Calidad de vida. Los que nunca vamos a ser millonarios, tenemos que ir aprendiendo otras cosas.

Uno de los compañeros trabajaba en una fábrica-taller de ordenadores y venía todas las tardes soltando esa frase... cuánta presión, la hostia, cuánta presión... era la muletilla de los trabajadores de su empresa por aquel entonces. La verdad es que era liberadora, supongo que por la misma razón por la que a nosotros nos contagiaba sólo de oirla. Por ósmosis semántica.

Tan era así que un día me puse a ello y saqué todas las cosas que  me hacían sentir a presión, las ordené y salió el resto de la letra de la canción.

La grabamos en una sesión muy divertida en la que no sólo sale la voz del autor de la frase, sino la de algunos de los compañeros del colegio donde trabajo. Digo divertida porque al escuchar de nuevo el tema los identifico y recuerdo que ese día hubo protestas de alguien que no quería decir “la ostia” y boicoteó esa palabra y no la dijo. Ya sabéis, decir tacos no es de maestros, probablemente algún alumno podría oirlos y aprender por imitación. A eso le llamo yo vocación (o llevarse el trabajo a casa).

Tengo como la opinión (discutida) de que hay percusionistas que funcionarían mejor como baterías y viceversa. Para mí que el percusionista se debería centrar más en el adorno y el batería en la base. Para este tema elegimos a un batería de los percusionistas (de los muy percusionistas). Creo que el tema no hubiera podido sonar sin él.

Y luego ese grupo de cuerdas que concebimos como un elemento de relax pero que a la vez fueron capaz de aumentar el chirrido del stress con su timbre.

Y como guinda ese puñetero despertador insomne y machacón como un marco áspero que envolviera un cuadro de colores chillones y desesperantes. ¡¡¡La ostia!!! ¡¡¡Cuánta presión!!!

Remitente: cutillas.2010/05/26 13:47:25.505000 GMT+2
Etiquetas: desahogo stress cotidiano tensión | Enlace permanente | Comentarios (0) | Referencias (0)

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