Un grupo de manifestantes desafía a la policía y comienza a gritar “No tenemos miedo”. Son unos centenares. Son menos que los que les contemplan al otro lado de la valla, uniformados, protegidos por cascos, chalecos, botas y escudos. El miedo es libre. Pero a veces, el miedo pesa como una esclavitud que irrumpe de forma imprevista. Yo sí tengo miedo. La primera vez que vi de cerca a unos agentes antidisturbios tenía catorce años. Acudieron a mi barrio por una historia menor que no viene al caso. En cuanto los vi llegar, me acongojé, agaché las orejas y me encaminé hacia mi casa. La valentía no figura entre mis escasas cualidades. Hoy, muchos años después, la imagen de la Unidad de Intervención Policial me sigue inspirando no solo respeto, sino miedo. Miedo, porque he visto imágenes brutales inconcebibles en una democracia. Esta España me da miedo. Miedo, porque hay decenas de videos pululando por las redes sociales en los que los policías se emplean con una violencia brutal y desmedida con ciudadanos ajenos incluso a las protestas que tenían lugar esos días en Madrid. Miedo, porque he visto cabezas ensangrentadas y rostros desencajados de ciudadanos mayores, exageradamente tratados con una virulencia tan innecesaria como atroz. Miedo, porque ante tan desatinada y excesiva actuación, los altos mandos de la Policía no solo no han abierto investigaciones para poner fin a esos sucesos, sino que los han jaleado y elogiado. Miedo, porque el Director General de la Policía, pese a la evidencia de las imágenes, felicita al Cuerpo por su acertada y proporcionada actuación. Miedo, porque el Ministro del Interior habla de una actuación magnífica, a pesar de que las escenas inmortalizadas relaten una y otra vez, como en una especie de bucle, esa brutal acción de algunos miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. Miedo, porque representantes policiales espeten desde su sofá el “Leña y punto”. Miedo, porque la Delegada del Gobierno en Madrid, lejos de buscar soluciones y aportar coherencia, sopla los rescoldos, aviva la llama y ejerce de lenguaraz pirómana en una política de egocentrismo pendenciero e inútil. Miedo, porque esa misma Delegada del Gobierno emplea el término nazi sin justificación, ni rigor, ni lógica alguna. Miedo, porque este Gobierno ni quiere ni sabe escuchar al pueblo. Miedo, porque un presidente náufrago deslegitima a los ciudadanos que hablan, elogiando los silencios, como si los logros sociales se hubieran alcanzado alguna vez y en algún lugar con el mutismo. Miedo, porque las imágenes del origen de las cargas del 25S me generan muchas dudas. Miedo, porque cuando veo una y otra vez a ese grupo de encapuchados con banderas rojas y negras, como de atrezzo, me asalta la duda del Cui Prodest su inútil violencia. Miedo, porque noquearan al encargado de un bar, envuelto en un heroísmo popular de quita y pon. Miedo, porque hay ciudadanos que denuncian trato vejatorio en comisaría. Miedo, porque hay ciudadanos que dicen haber recibido mofas e insultos por parte de algunos policías en el calabozo. Miedo, porque hay un detenido que dice que menos mearles encima y ponerles una capucha, en comisaría les hicieron de todo. Miedo porque dos de los detenidos dicen que en sus mochilas aparecieron unas piedras que antes de entrar en comisaría no estaban. Miedo porque un ciudadano dice que estando detenido pidió agua y tardaron diez horas en dársela. Miedo porque . Miedo, porque los policías antidisturbios en mi país no llevan su número de placa visible, impidiendo así su identificación en caso de que cometan abusos. Miedo, porque veo un vídeo en el que cuando un ciudadano le pide al agente su número de placa, éste le dice que le va a dar otra cosa. Miedo, porque un vídeo muestra nítidamente cómo un grupo de policías irrumpió en la estación de Atocha como si estuviéramos en guerra, sembrando el pánico entre los viajeros. Miedo, porque los excesos quedan impunes. Miedo, porque quienes hacen cumplir la ley, no la cumplen. Miedo, porque me da miedo este país, esta España oscura y tenebrosa, esta España hecha a medias, esta España de remiendos, falsos mitos y mentiras. Miedo, porque no sé qué futuro le espera a mis hijas.Yo sí tengo miedo, porque parece que nos han arrojado a las arenas movedizas, y en la orilla, los vigilantes, en lugar de sancionar a los agresores, preparan sus porras para golpear a quienes agitamos los brazos solicitando auxilio.
2012/10/01 15:42:1.387000 GMT+2
Yo sí tengo miedo
Escrito por: Jean.2012/10/01 15:42:1.387000 GMT+2
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Comentarios
Escrito por: crispitina.2012/10/01 16:24:11.149000 GMT+2
Escrito por: Jean.2012/10/01 16:28:50.660000 GMT+2
Escrito por: Ángel.2012/10/01 16:46:47.939000 GMT+2
Escrito por: Jean.2012/10/01 17:05:34.150000 GMT+2
Escrito por: .2012/10/01 23:29:59.903000 GMT+2