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2007/09/07 13:37:14.981000 GMT+2

Umbral

Ya el título, Los Placeres y los días, decía mucho del dueño de esa columna, Francisco Umbral. Creo que he leído miles de ellas.  Hace algunos años, admiraba su construcción, su forma, y en bastantes ocasiones su fondo, el contenido, el mensaje. Después, con el paso del tiempo, mi interés y mi placer en su lectura fueron disminuyendo hasta prácticamente desaparecer. Desde 1996, Umbral fue otro. Me llamó poderosamente la atención su cambio de actitud con José María Aznar. Aún conservo un ejemplar del diario El Mundo en el que daba la bienvenida al dirigente popular:

 "Aznar es directamente un baldado intelectual que se beneficia de la mala gestión del Gobierno. ¿Quién va a llevar España a partir de hoy? Un político acuñado y viejo, convertido en un comicastro de las palabras, y un eterno aprendiz, un mediocre. España, pues, sigue condenada a la cutreidad (...) Aznar está condenado a la sentencia de Oscar Wilde: «Un tonto jamás se repone de un éxito»".

Pero con el paso de los días y en busca del disfrute de los placeres, Umbral remodeló su fachada conceptual, dijo digo donde había dicho Diego y se puso manos a la obra, esculpiendo la nueva figura alada y gloriosa del hasta entonces considerado baldado intelectual. El escritor mimó a Aznar y terminó conviriténdolo en un semidios para los nuevos lectores del diario, escorado visceralmente a la derecha.

Umbral seguía considerándose socialista, cayendo, consciente o inconscientemente, en el mismo campo de minas que Felipe González y otros tipejos de derechas que han jugado con las siglas y  las ilusiones de los partidos, de los políticos y de los españoles. Umbral se consideraba de izquierdas, pero fue precisamente con la salida de la izquierda nominal cuando comenzó a recibir los grandes premios de su carrera (El Príncipe de Asturias de las Letras, en 1996; el Premio Nacional de las Letras Españolas, en 1997; el Premio Cervantes, en 2000 ...). Umbral, para entonces, había abandonado su dedicación por el fondo y se había centrado únicamente en la forma. O quizá no tanto. Puede que, sencillamente, girase sus características lentes y le diera por mirar las cosas de otra forma. La intencionalidad de la perspectiva fue en Umbral una característica inherente a la búsqueda del éxito, no popular, sino Popular.

En sus últimos años, tuve la sensación de que Umbral escribía más por encargo que por inspiración. Yo volví a asomarme a su columna y me reencontré con un periodismo literario repleto de sensaciones, de maestría a la hora de decorar una página en blanco, pero el fondo, la sustancia, la savia de su mensaje me producía rechazo. Sus columnas terminaron pareciéndome cuerpos bellos, pero inertes.

En la hora de su despedida, fueron a rendirle culto y pleitesía los políticos del PP. El sector progre y los socialistas de boquilla apenas hicieron acto de presencia. Umbral tenía claro lo que era ser de izquierdas. Precisamente por eso decidió cambiar de pluma (o de máquina de escribir, más bien) y caer rendido y entregado a los placeres y los días.

 

 

 

 

 

Escrito por: Jean.2007/09/07 13:37:14.981000 GMT+2
Etiquetas: pp el_mundo francisco_umbral socialista premio_cervantes felipe_gonzález premio_príncioe_de_asturias oscar_wilde aznar | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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