Decía Serrat aquello de Hoy puede ser un gran día. Coño, como que me he levantado esta mañana y está saliendo todo a pedir de boca. He abierto el correo y resulta que he ganado la lotería de UK, lo que tiene un enorme mérito, pues no he jugado en mi vida ni un penique a la cosa.
Aún no había digerido el alegrón, cuando me dicen en otro correo que he ganado otros tres concursos y loterías especiales. Un pastón. Me he puesto a dar respingos y sólo he parado para enviarle a mi jefe un SMS diciéndole cuatro cosas (Creo que con lo que le he dicho de su señor padre hubiera bastado, pero envalentonado, no había esta mañana quien me frenara, he tenido palabras de recuerdo para toda su familia).
Estaba yo repartiendo mentalmente entre mis seres queridos el porrón de millones con el que he resultado agraciado, cuando, zas, llega un nuevo correo de un tal Solomon Touré, un tío que ha heredado una fortuna y que –no me pregunten cómo- ha decidido elegirme para confiarme la pasta a cambio de un pequeño e insignificante adelanto. Si no lo veo no lo creo. La diosa fortuna me tiene entre ceja y ceja, está claro. Este Solomon debe ser un tío majo, ya no queda gente así. Un buenazo el Solomon.
Cuando me disponía a cerrar el correo me he dado cuenta de que tenía uno de un tal Mohammad Omar, que quizá sea ese primo suyo lejano que decía mi abuela que había emigrado a Francia tras la guerra. El tío -el primo lejano quiero decir- se ha colocado de fábula en un banco, y resulta que un archimillonario de Florida se mató en avión con todo el árbol genealógico imaginable y, claro, tratándose de un banco, el espíritu filantrópico rebosa, se desborda y, como nadie reclama el dinero, están buscando a quién darle la pasta. 10 millones de dólares, tampoco es para tirar cohetes. El caso es que el primo Mohammad me ha escrito y me quiere conocer. Me ha pedido unos datos personales. Esto es increíble. Lo que es la suerte.
Y como el día tenía toda la pinta de ser redondo, una tía la mar de atenta va y me ofrece un rebajón de cuidado en la cosa esa de la Viagra. Le he encargado tres cajas. Nada, Patxi, para probar durante el fin de semana.
Definitivamente, no sé qué más se puede pedir. Lo del 30% de descuento en el alargamiento de pene está fenomenal, pero me lo voy a pensar.
Y ahora, lo siento, les tengo que dejar, que me acaba de llegar otro correo con muy buena pinta. Dice: “Congratulation Your Email Has Won”. Lo mismo es una cena cara a cara con Aznar y Pizarro.
Comentarios
A mí también me envían e-mails anunciando ungüentos para alargar la pilila (con perdón). Es verdad que sale baratísimo, creo que venden la pócima a granel. A tanto el centímetro.
Yo me lo estoy pensando.
Escrito por: Belén.2008/01/16 09:32:1.944000 GMT+1