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2014/02/24 15:23:15.455319 GMT+1

Periodismo y ficción

El periodismo es cada vez más ficción que realidad. Ficción es pensar que te van a dejar hacer periodismo así como así. Realidad es aceptar que hay en el ejercicio del periodismo un poso de ficción que cambia su sabor inequívocamente. La información aparece subvencionada por marcas comerciales, modelada por intereses empresariales,  y condicionada por su dependencia de los favores gubernamentales. Se puede ser un gran periodista en un medio pequeño, se puede dignificar la profesión, pero el escenario de vanidades y la feria de los egos intermitentes imantan mucho más a la audiencia y conducen directos al agasajo, al éxito.  El público es soberano, pero eso no conlleva que sepa distinguir sombras de realidades, ni mitos de acontecimientos verdaderos. Hay un periodismo de ficción, predominante, cosido a la piel de los mercados, de los grupos de inversión y de los confortables sillones desde donde se nos otea y vigila.

La información veraz es una utopía inquieta, vilipendiada, maltrecha y en desuso. El periodismo es para supervivientes, hombres y mujeres, tristes, valientes -o ambas cosas-,  que se afanan en limpiar de maleza el camino en busca de la información. No, el periodismo no es una ciencia exacta, obviemos lo obvio, pero tampoco un ejercicio frívolo sin fuentes fidedignas, hechos contrastados y un respeto a la honestidad de la subjetividad angular, emocional e ideológica. La maraña de equívocos lleva a entender y clasificar como periodismo a vanos espectáculos audiovisuales, adornados de publicidad, adocenados por un grado de conformismo y artificio descorazonadores. El periodismo es un náufrago en lo alto de un volcán, así de contradictorio, así de alegórico, rey en la ceremonia de la confusión, bufón en la corte de los bulos y el control de las mentes. Información y espectáculo; ficción y veracidad. Los directores de informativos cocinan caldos de gallina, los ídolos catódicos juegan a ser Orson Welles, y la audiencia adivina a lo lejos la niebla. Desgraciadamente, es esa cortina subliminal  que no nos dejará ver que a lo lejos hay tierra, un destino prohibido en el que periodismo es un pilar de la sociedad.

 

 Aceptemos que nos hemos perdido en la caverna, asumamos que nos encontramos en las antípodas de esa tierra prometida, validemos que el ilusionista está en su derecho de consumar el engaño, como la audiencia lo está  en el de dictar sentencia, aplaudir, llorar,  gemir... O de  dilatar sus tragaderas, un verdadero deporte nacional en un país de cuyo nombre prefiero no acordarme. 

Escrito por: Jean.2014/02/24 15:23:15.455319 GMT+1
Etiquetas: información periodismo televisión | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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