Hay movimiento en las tripas del Partido Popular. Aerofagia, diría yo. Los gases le están sentando mal al partido que idolatra y venera a San José María Aznar. Saltan chispas en los intestinos de la derecha española y la digestión se le hace pesada a Mariano Rajoy, el líder sin chispa ni carisma, el hombre que no puede con la herencia. Mariano se atiborra de sal de frutas, pero los espasmos suben y bajan, le acongojan y le tienen inquieto.
A estas alturas, aún unas declaraciones-paridas de Aznar sobre el vino y el tráfico generan más atención que un destape de Rajoy enseñándolo todo. Rajoy no tiene pose de chica Interviú. Y, visto lo visto, tampoco de presidente del Gobierno. Eso lo saben Acebes y cía, que toman posiciones repartiendo estopa sin miramientos. Zaplana sale de su letargo, de su terra mítica, mística o como se diga. Rato se aburre en Washington y dicen que vuelve por amor. Lo que no aclaran las fuentes es si es por amor a sí mismo.
La aparente calma veraniega de los chicos de la gaviota se ha hecho añicos tras una nueva gallardonada. El chico de Madrís quiere dar el salto al Congreso, y Acebes y sus señorías del escorzo diestro le dicen que nones, que verdes las han segado, o lo de zapatero a tus zapatos.
Esperanza llevaría muy mal que el alcalde de Madrís se le subiese a las barbas. Rajoy ni tulle ni bulle. El presunto líder del PP es el hombre de la eterna mueca, el político de la triste figura, el señor de los calcetines, el portero blandengue de un garito en el que se cuela cualquiera porque el chico no intimida. Ya pueden ponerse manos a la obra los medios afines, porque de lo contrario, Rajoy va a salir escaldado en las elecciones del próximo mes de marzo. Y no será porque Zapatero lo esté bordando. Ahora respalda "mucho" a la ministra de Fomento, que más que respaldo, necesita un hervor. A Zetapé se le ve gesticulante en exceso, sin saber qué decir ni cómo escabullirse, pero siempre tiene una sonrisa para el electoramen. Ahora, se frota las manos ante el guirigay que se ha montado con Gallardón. Vamos a ver quiénes le dan más guerra a Rajoy, si los de fuera o los de dentro.
La cosa está así en el PP. Son cosas de los gases. Cuando llegue el tufillo, se mirarán los unos a los otros buscando al aerofágico traicionero. En el PP puede arder Troya. O, mejor dicho, Génova. Mientras eso llega, Acebes recomienda por lo bajini que le quiten ya el plato de alubias al alcalde de Madrís. Demasiado tarde.
Comentarios
Zaplana afirma que el PP no cambiará el "banquillo".
Esto es lo mismo que cuando un presidente de un equipo de fútbol "confirma en su cargo" al entrenador... en la próxima derrota, a la calle.
Fraga, que no creo que se postule para la sucesión, apoya a Gallardón (Fraga también tendría que explicar sus excelentes relaciones con el dictador cubano).
Nadie se cree que Rato no vuelva a la política y Aznar está en "otro plano".
Si Rajoy no da un golpe en la mesa, esto huele mal.
Carlos Menéndez
Creditos
Escrito por: creditos.2007/08/29 09:51:35.097000 GMT+2
http://www.creditomagazine.es
Escrito por: Ahtorn.2007/08/30 21:19:32.725000 GMT+2
Escrito por: Jean.2007/08/31 17:48:12.088000 GMT+2