2011/04/27 12:19:34.640000 GMT+2
Que Mourinho llegaba al Real Madrid para ganar a
cualquier precio, era algo que quedaba meridianamente claro. El portugués traía
bajo el brazo El príncipe, de
Maquiavelo. Florentino y Valdano, los mecenas de la perla lusa, optaron por esa literatura, después de haber
perdido el tiempo año tras año devorando best sellers de perfil bajo, cultura
dicharachera para las masas. Optaron por
el único antídoto conocido frente a la maravillosa maquinaria orquestada por
Guardiola. En un ambiente idílico, Messi, Xavi, Iniesta, Alves y el resto de
solistas, suenan como un único instrumento que interpreta contundente y
melancólico un poema sinfónico. La
contundencia del Barça recuerda al Así
habló Zaratustra. Pero al de Strauss, no al de Nietzsche. No en vano,
parecía que Guardiola le hubiese robado a Kubrick su monolito de 2001 una Odisea en el espacio. Alcanzado
el momento cumbre de la temporada, resulta que el pragmatismo a ultranza instalado en la órbita
merengue ha venido a desestabilizar la inspiración romántica de los bajitos de
Pep. A las primeras de cambio, la insaciable sed de victoria de los azulgranas
les ha empujado a entrar en el jardín de Mou, donde las arenas movedizas no
permiten un buen control de la pelota. “Sólo” han perdido una Copa, un torneo
sin el reconocimiento que tienen Liga y Champions, una competición
menospreciada durante 18 años por el Madrid, y se ha armado la de San Quintín.
Guardiola ha sacado a pasear sus piezas de colección de ironía, rescatadas del
museo, donde permanecían como artículos en desuso. Mourinho se frota las manos.
Hace dos semanas, decían que vivía sus últimos días como entrenador blanco;
ahora ha llenado los pulmones de los aficionados merengues de orgullo y sus
corazones del maquiavelismo de El
Príncipe, convertido en libro de cabecera del madridismo. Y en estas, la
prensa, la gran vencedora del revuelo, la de allá y la de acá, la que vende
humo, la que vende pasteles a granel, la de Inda, la de Casanova, la del
centralismo y la periférica, la obsesiva y la compulsiva, la seria y la de
broma, la servil y la dogmática, la pulcra y la circense, la del pincel y la de
la brocha. Esto es el fútbol, un deporte que se juega fuera del césped, un pozo
sin fin para los antropólogos. Fútbol, ese invento en el que caben Pep y Mou,
quienes estrecharán sus manos en una ceremonia que oscila entre lo bélico y lo
hermoso.
Escrito por: Jean.2011/04/27 12:19:34.640000 GMT+2
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2011/04/26 14:53:46.298000 GMT+2
María Dolores de
Cospedal cree que en TVE no hay imparcialidad. Sin acudir a los inhóspitos
terrenos de la ontología misma, y sin recaer en disertaciones acerca de la
inalcanzable objetividad del informador, no hay por donde agarrar el dictamen
de la multimillonaria asalariada de la secta de las gaviotas. La valoración,
queja, pataleta o arcada de la número dos de los populares es una radiografía nítida
que permite ver al votante, e incluso al más fanático adulador de su causa, de
qué pie cojea la mujer a la que espoleó Esperanza Aguirre. ¿Qué cabría esperar
como resultado de la acción de tan perverso Gepetto político, de tan siniestra experta en la praxis de la
mentira? Una alumna aventajada en el despilfarro de groserías, capaz de
empobrecer cualquier discurso al que se asoma. La sombra andante de Marianín
Rajoy reina en la mediocridad de las filas de una derecha en la que conviven
melancólicos, nostálgicos, pragmáticos, liberales y desencantados. Mucho se ha
hablado estos días de la lista de Esperanza. Desde luego, podemos dar fe de que
Cospelines no es esa lista.
Si esta TVE no es
imparcial, ¿cómo cabría calificar la que diseñó el gobierno de Aznar? ¿Fue el
comecocos Urdaci el adalid de la imparcialidad? ¿Buscaba el patrón Aznar la
imparcialidad montando un tinglado de medios informativos adeptos a la causa,
con Ernesto Sáenz de Buruaga a la cabeza? Si Maricospe quiere saber qué es imparcialidad, que llame a tito Camps y le explique cómo se
fabrica la cosa esa. Quizá una excursión por las tripas de Canal 9 le abra los
ojos y, de paso, sirva como riego de su desaparecida vergüenza política. O, mejor, que su mentora Esperanza
le haga llegar un manual de la imparcialidad informativa con que se desayunan
cada día quienes cocinan los informativos de Telemadrid.
Qué pena de país
como se confirme que en breve padecerá a diario dolores de Cospedal.
Lo sé, no
soy imparcial.
Escrito por: Jean.2011/04/26 14:53:46.298000 GMT+2
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2011/04/14 15:21:33.028000 GMT+2
Las comunidades
autónomas de Madrid y de Valencia
caminan de la mano en muchos aspectos. Ambas están gobernadas por el Partido Popular.
Camps y Aguirre, tanto monta, monta tanto (absténganse de tener pensamientos
impuros), son la versión moderna y chic de Isabel y Fernando. Valencia y
Madrid, además, como ciudades, acumulan
una deuda escandalosa y oscura. El pago de los intereses de la deuda está
devorando y recortando los gastos sociales en la tierra de don Francisco y de
doña Espe. A la Valencia de Camps se le hizo el culo pepsicola con la organización
de la Copa América y de la Fórmula 1; al
Madrid de Aguirre y Gallardón le perdió el ímpetu y la pasión por el chocheo olímpico. El gasto fue estratosférico; los
beneficios se quedaron en un sueño o en una vulgar mentira política, otra más.
Dos pasos más allá, el ladrillo y la cultura del pelotazo han hecho estragos en
ambas regiones. Conviene recordar también que la trama Gürtel unió Madrid y
Valencia antes que el AVE. Y de forma más rápida, por cierto. Aguirre tenía la
filas de su partido infestadas de imputados; Camps no se ha quedado corto. Madrid
y Valencia, Valencia y Madrid, padecen una sarna con gusto que no pica. La
mayoría de sus ciudadanos secundan con complacencia electoral las propuestas de
Camps y de Aguirre. Es como si no hubiera alternativa, sin que ésta tenga que
pasar necesariamente por un PSOE carente de credibilidad y de pegada. En Madrid
siempre quieren comenzar la casa por el tejado. ¿Que hay pobres? Los sacamos de
las calles por la fuerza, no se nos vaya a ocurrir acudir a la raíz del
problema y solucionarlo. ¿Que apostamos por el deporte? Organicemos unos
carísimos Juegos Olímpicos, sin tener en cuenta la vergonzosa falta de plazas
en los polideportivos municipales que sufren los jóvenes madrileños. ¿Que
hablamos de Educación? Vendamos la moto de los grupos de excelencia, sin
abordar el verdadero hándicap que supone tener un 30% de fracaso escolar en la
comunidad madrileña, superado, por cierto, por la valenciana, líder del ranking
nacional. Aguirre y Camps son también líderes de opinión. A “martillazos”, pero
líderes. El presidente valenciano, al que llaman honorable, controlando sin
medias tintas la televisión autonómica valenciana, donde aparece como una
especie de Mesías; Aguirre hace lo propio con Telemadrid. Son, con diferencia,
los canales más aberrantemente sometidos a la disciplina de un partido político
que jamás se hayan concebido. Ni siquiera Goebbels hubiera dado la talla para
dirigirlos.
Escrito por: Jean.2011/04/14 15:21:33.028000 GMT+2
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2011/04/13 15:14:20.457000 GMT+2
El alcalde de Madrid, Alberto
Ruiz-Gallardón, persigue que su partido (aclaremos,
el PP), incluya en su programa para las elecciones
generales de 2012 la aprobación de una ley estatal que autorice a los ayuntamientos a “retirar” de las calles
a los mendigos o "sin techo".
Retirarlos a la fuerza, claro está, si es que los “pobres” se niegan a obedecer
las órdenes de los agentes municipales. Gallardón debe de pensar igual que el intérprete de los sueños Artemidoro, quien decía que “dar limosna es un
mal sueño pues el mendigo, al igual que la muerte, carece de posesiones y, como
ella, no devuelve nada de lo que ha recibido”. Los mendigos de Madrid deberán
mendigar un banco en la penumbra, lejos de la mirada de los policías de
Gallardón. Paradójico, pero parece que a quienes más les molesta la pobreza es… a los ricos. Si ya Ana
Botella, musa de la filantropía sandunguera, señaló en su día que la presencia
de los mendigos en Madrid impedía que la ciudad se limpiara adecuadamente,
ahora, el alcalde de Madrid ha querido sacar la escoba para barrer a los
desposeídos del reino de la gran polis ultramoderna, reluciente y eternamente
aspirante a organizar una orgía deportiva en el Olimpo. “Por un Madrid sin
mendigos. Por un Madrid limpio”. ¿Se atreverán Gallardónimus y Anus Botellus a
utilizar este reclamo como eslogan electoral? Hay que joderse, ya nadie hace
gala de la caridad cristiana. Ni siquiera los que sacan la suya a pasear año tras año con pompa y boato… y el permiso pertinente. Ese mismo permiso que le niegan a
los ateos, impidiendo que éstos celebren con jolgorio y orgullo su “pobreza de espíritu”.
Escrito por: Jean.2011/04/13 15:14:20.457000 GMT+2
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2011/04/13 10:34:38.157000 GMT+2
Para hacerse una idea de la opinión que le merecen a Esperanza Aguirre los ciudadanos madrileños, basta con analizar su penúltimo alumbramiento dialéctico:
"Si en Madrid ocurriera la vigésima parte de lo que presuntamente ha
ocurrido en el Gobierno de Andalucía, las masas tomarían la Puerta del
Sol y de mí no quedaría... no le quiero contar".
O sea, que los madrileños son unos jacobinos impenitentes, unos salvajes que reaccionarían de forma muy diferente a como lo han hecho hasta ahora los valencianos, que siguen adorando mayoritariamente a Camps a pesar de Gürtel. ¿Habrá entre tanto salvaje capitalino alguno que reúna los méritos suficientes para ir a las clases de excelencia que prepara la señora condesa consorte de Murillo, grande de España?
Escrito por: Jean.2011/04/13 10:34:38.157000 GMT+2
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2011/04/11 14:49:15.394000 GMT+2
Anda estos días su alteza real el Príncipe don Felipe visitando Israel, acompañado de una señora que se parece muchísimo a Letizia Ortiz –casi estaría dispuesto a jurar que es ella-. Entre desfiles de visitas orquestadas, trasiegos pulcros y lujosas veladas, la encantadora pareja, prototípica de esta España próspera, orgullosa, políglota, elegante y gentil, ha tenido tiempo para dar con sus reales huesos en el Museo del Holocausto Yad Vashem, que tiene como principal cometido el recuerdo a los seis millones de judíos asesinados durante el nazismo. Allí, el príncipe ha dicho: “"Debe haber palabras para proclamar, como lo hace España, un compromiso universal con el recuerdo imperecedero de los millones de almas judías cruelmente arrancadas a la vida; y también para transmitir a las generaciones futuras, siguiendo el ejemplo de los Justos entre las Naciones, el valor en todo momento y lugar de la vida, de la libertad y de la dignidad del ser humano, sin importar su raza, género, religión o nación". Parece que don Felipe no fue a clase de Historia el día en que se repasaba la estancia de los españoles en los campos nazis. No, ese día tampoco debió de acudir (tengo la impresión de que solía hacer pellas cuando se impartían clases de esa asignatura). Lo digo porque en el discurso que le han escrito a Felipe de Borbón para recordar a las victimas judías, faltaba la mención a los miles de españoles, alrededor de 10.000, que “visitaron” contra su voluntad los campos nazis, mayoritariamente el de Mauthausen, en Austria. Sus roídos trajes soportaban un triángulo de tela azul reservado para los apátridas. No deja de resultar paradójico el recuerdo y el homenaje a unos y el descarado silencio, despreocupación y olvido que se muestra hacia otros, compatriotas suyos para más señas. Casi 7.000 españoles fueron quemados, gaseados, torturados y aniquilados en campos de concentración nazis. Solamente en Mauthausen se contabilizaron 35 formas de asesinar a sus prisioneros, a cada cual más sádica. A aquellos españoles que lucharon primero contra Franco (ese señor bajito, con muy mala leche, que decidió que el padre de don Felipe era el más indicado para sucederle en la jefatura de Estado) y después contra Hitler, su país de origen los olvidó, sumergiéndolos en la marginación y el desprecio. En 1945, con Hitler y Mussolini derrotados, los aliados decidieron mirar para otro lado y dejar hacer a los seudo fascistas en España. Desde aquel año, no ha habido ni el menor atisbo de intento de hacer justicia a los republicanos españoles que sufrieron y padecieron los métodos nazis en sus centros de depravación conocidos como “lager”. El gobierno francés, sin embargo, sí procuró para los hijos de los deportados por los nazis en suelo galo unas indemnizaciones que han llegado a algunos ciudadanos españoles. En España, lo más “estelar” fue la visita del presidente Zapatero a Mauthausen en el 60 aniversario de la liberación del campo. La otra noche, en un documental de la 2 vi llorar a un anciano de 93 años. Los ojos se le humedecían al recordar que después de vencer a los nazis no pudo regresar a su país. "Yo no luchaba por ninguna bandera; yo luchaba por la Libertad". Ahora ya sabemos que don Felipe, arrogándose el discurso de una nación, dice que España proclama el compromiso del recuerdo a los millones de víctimas judías. De los miles de compatriotas suyos, aniquilados ante la pasividad de Franco, sin embargo, ni una sola palabra. ¡Cómo se parecen los silencios! “De aquellos barros, estos lodos”.
Escrito por: Jean.2011/04/11 14:49:15.394000 GMT+2
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2011/03/28 15:28:57.362000 GMT+2
Hace falta tener un rostro más grande que el de los ocupantes del monte
Rushmore –aunque intelectualmente no se les llegue a aquéllos a la suela de los
zapatos- para llevar el programa electoral que llevo el PP en la región de
Murcia en 2007 y sugerir ahora que debería optarse por el copago como fórmula
para cubrir el gasto sanitario. Eso ha hecho esta mañana el presidente de la
región murciana, Ramón Luis Valcárcel, arropado por Mariano Rajoy y Esperanza
Aguirre en un sarao montado por el diario ABC. Aguirre es una convencida del
asunto; a Mariano le han dicho que fuera y ha ido. Ahora resulta que hay que
pedirles a los ciudadanos que se rasquen los bolsillos para ir al médico, lo
que supone un hándicap para el grupo de enfermos con pocos recursos –y no es un
apunte demagógico, sino un hecho fehacientemente crudo, irresponsable,
insolidario e injusto-. En el fondo se sitúa el modelo estadounidense: si la
salud te sale rana –pruebas de embarazo al margen- y no tienes guita, estás
jodido. Eso, si eres condesa consorte o si te llevas a casa 200.000 euros
anuales, te la trae al fresco, pero si eres un currito y, además, te están
empezando a temblar las piernas ante el discurso amenazante del “trabajar más y
ganar menos”, la cosa cambia. El señor
instalado en el poder murciano desde hace
más de quince años, dice: “Los servicios básicos no pueden ser soportados sólo por el presupuesto de
una región o de una Nación. Es necesario plantear que los
ciudadanos también tengan que asumir parte de estos costes, en el porcentaje
que sea”. Pero no fue esto lo que vendió
a sus potenciales votantes, cual charlatán de feria, hace cuatro años, a las puertas de las últimas elecciones autonómicas. No, en
aquel entonces, el señor que proclama ahora el copago como modelo de gestión
sanitaria para soportar el gasto en sanidad y educación, hinchaba con descaro
su pecho, ponía cara de ratoncillo piadoso y con ojos de querubín dictaba en su
programa: “La sanidad pública representa el principal exponente de las
políticas de protección social y bienestar ciudadano. (…) Porque somos
conscientes de que nuestros ciudadanos quieren un sistema sanitario más
accesible, con más y mejores infraestructuras sanitarias, más ágil en su
funcionamiento y más humanizado”. Antes del tiempo
de la recolecta, el presidente murciano plantaba promesas en el fértil terreno
de los votantes: “Se trata de situar al ciudadano como protagonista y eje de
todo el sistema de salud, promoviendo una atención más humana y personalizada,
respetuosa con la dignidad y la intimidad del paciente, que favorezca su
confort y el de sus familiares”. Medio en trance, cual Santa Teresa de Jesús en
versión pimentonera, el bueno de Valcárcel ya recitaba de carrerilla en el
panfleto popular: “En el área de atención primaria se incrementará el
presupuesto destinado a la atención primaria hasta alcanzar un 25% del total
del presupuesto del Servicio Murciano de Salud. Incremento de los recursos
humanos para conseguir un máximo de 1500 tarjetas sanitarias por médico de
familia y 1000 tarjetas sanitarias por pedíatra, de modo que se pueda alcanzar
el objetivo de 10 minutos por paciente en la atención de los procesos clínicos.
Demora cero para todas las consultas de Atención Primaria”. Envalentonado por el espíritu creativo propio
de las novelas de ficción en que se han convertido los programas electorales,
incluyó también: “Fomentaremos la promoción de la salud y la medicina
preventiva dedicando más recursos humanos y presupuestarios a los programas de
Salud Pública”. Todo eran mejoras, inversiones, tirar la casa por la ventana,
el ciudadano, el paciente como centro del universo. Léase con detenimiento el programa de promesas
populares mascadas por el presidente Valcárcel en 2007 ( a partir de la página
94), y se harán una idea del pantagruélico descaro del señor de los murcianos. ¿Y ante esto, Rajoy qué dice? El líder…. el líder…. mmmm…. Mariano ha
apoyado las tesis de su chico liberal con la habitual cita de introspección
psicológica y eclosión intelectual a la que nos tiene acostumbrados: “Valcárcel
hace las cosas bien”. Parece que tenemos un argumento más para convertir
nuestra existencia en una desenfrenada carrera en busca de un romance muy caro
que nos lleve a casarnos con el dinero.
Será un matrimonio de conveniencia con el poderoso caballero, al que deberemos prometerle,
como mandan los cánones, fidelidad en la
salud y, ahora también por pura
precaución, en la enfermedad.
Escrito por: Jean.2011/03/28 15:28:57.362000 GMT+2
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2011/03/27 22:03:59.908000 GMT+2
Hace casi 10 años, el diario El Mundo no permitió a Javier Ortiz publicar en sus páginas su habitual y puntualísima columna de opinión. Conviene recordar que fue precisamente Ortiz el máximo responsable de la sección de Opinión del diario durante algunos años, antes de que su conciencia le llevara a abandonar voluntariamente el cargo ante el rumbo que tomaba la línea editorial del diario. En aquella columna finalmente devorada por el silencio, Ortiz describía algunos aspectos de un libro de la editorial Foca en el que se narraban con todo lujo de detalles ciertas artes del banquero Emilio Botín no precisamente elogiables, sino más bien todo lo contrario. Cualquiera que conociese a Javier, puede imaginarse cómo encajó aquella censura. Fue la primera y única que padeció en sus muchos años como opinante en las páginas del diario de Pedro J. No sé si compartiré la sensación con otros amigos de Javier que conocieran, como conocí yo del propio Ortiz, los detalles de aquella censura, pero si alguno de ellos ha leído esta mañana el editorial de El Mundo (cosa que dudo, para qué engañarnos), habrá recordado el triste episodio que acabo de rememorar. El editorialista ha diseñado este 27 de marzo de 2011 un titular política, empresarial y periodísticamente correcto, muy medido, muy sopesado: “Lo que es bueno para Botín no lo es (en este caso) para España”. El editorial discute el poder que se arroga el banquero para tratar de modificar la agenda política. Es curioso, pero aquel mismo día en que a Javier no le dejaban ejercer su profesión y la descarada valentía con la que la él la desempeñaba -hace ahora casi diez años- , no hubo ningún editorialista que se dignase a escribir: “Lo que es bueno para el periodismo y para la libertad de expresión no lo es (en este caso) para el diario El Mundo”.
Escrito por: Jean.2011/03/27 22:03:59.908000 GMT+2
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2011/03/24 11:55:6.676000 GMT+1
Después de darle
las llaves de oro de la ciudad de Madrid, Gallardón mediante; de aceptar sus caballos pura sangre como
regalo; de estrecharle la mano en la Moncloa; después de perdonar sus
pecadillos menores, incluyendo entre éstos aquella insignificancia acaecida en Lockerbie
(259 muertos), ahora bombardeamos Libia. Ahora toca preocuparse por los
sufridos ciudadanos libios, que, total, sólo llevan 40 años aguantando el tipo y
al tipo. A ver si la tan manoseada frase de Roosevelt (“Son todos unos hijos de
puta, sí, pero son nuestros hijos de puta”), presentaba un defecto de forma, y,
en realidad, antes Roosevelt, y ahora los que juegan ebrios a la democracia
sobre el cielo de Libia son los verdaderos hijos de puta de Gadafi y de otras
inmundicias.
Escrito por: Jean.2011/03/24 11:55:6.676000 GMT+1
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2011/03/16 16:31:27.920000 GMT+1
¿Debería comenzar
este apunte deseando suerte y una pronta recuperación al futbolista francés
Abidal, del Barça, al que han detectado un tumor en
el hígado? ¿Debería ser un visitante fiel de la demagogia para ir a la moda
periodística? ¿Se acordó de mí el futbolista cuando me vinieron mal dadas? Ah,
que no me conocía. ¿Y yo, puedo decir que lo conozco a él porque lo vea jugar a
través de la pantalla de un televisor o repase sus fotos en la prensa? ¿Debemos
distinguir entonces entre enfermos mediáticos y enfermos del montón? ¿Merece más atención un deportista
multimillonario o una folclórica televisiva que cualquier enfermo menospreciado
por las listas de espera y la salud traicionera? ¿Cuántos ciudadanos murieron
ayer pagando el peaje de un cáncer incurable en la más absoluta de las miserias
e incluso en el olvido de sus familiares más allegados? ¿Le pondrán a alguna
calle de mi localidad el nombre de aquel anciano de la habitación 227 del
hospital? No, parece que ese absurdo culto a la personalidad, por rancios y
estúpidos que sean sus cimientos, queda reservado para quienes se asoman a
través de los medios de comunicación a la masa crédula de aduladores
compulsivos. “Todos con Abidal”,
cacarean como lema estos días muchos periodistas deportivos. ¿Tenemos que ser
todos? ¿Por qué ese empeño en evangelizar, por qué ese absurdo reduccionismo? Abidal
recibirá una atención médica preferente, de alta calidad y estará en manos de
los mejores especialistas. Eso es lo importante, mucho más que los devaneos sentimentaloides de un coro de informadores que no pueden escapar a su
condición de forofos y demagogos. Algunos se indignan porque la UEFA prohíbe a
los jugadores del Real Madrid que muestren un mensaje de ánimo al jugador del
F.C. Barcelona antes del partido frente al Olympique de Lyon. ¿Resulta
estrictamente necesario vocear a los cuatro vientos que muestran su apoyo a su
colega delante de las cámaras? ¿Qué aporta a la causa o a al remedio del tumor
de Abidal que los futbolistas del Madrid muestren su solidaridad en una pancarta
o mediante una pintada en la camiseta? ¿No sería mucho más humana y sincera una
llamada telefónica? El fútbol como escenario, la vida como teatro. Y el ser
humano como un actor sin escrúpulos, representando una vez más un guión escrito
con las vísceras.
Escrito por: Jean.2011/03/16 16:31:27.920000 GMT+1
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