El balcón de Génova no volvió a convertirse anoche en el Corral de la Pacheca. No hubo guirigay, ni danzas orquestadas, ni florianos, ni esperanzas, ni sonrisas hedonistas. No hubo en las cercanías banderas rojigualdas al viento, ni litros de gomina reposando en los cabellos de la muchachada. Donde otrora los gerifaltes de la gaviota le daban al dancing, ayer había contención, resignación y abstinencia. La soberbia dormitaba en el baúl de los recuerdos y sólo una Cospedal acostumbrada a los cuentos chinos era capaz de sacar punta y brillo a una atrofia mayúscula. Quizá debió salir con mantilla. Lo de anoche tenía bastante de procesión, que en política no siempre va por dentro.
El PP se lamía anoche sus heridas. Son conscientes de que tienen poco margen de maniobra. Su castigo le viene de una parte de sus fieles que quizá lo que no le perdonen no sean los recortes, sino las subidas de impuestos. Eso y que, si la campaña dura una semana más, Cañete provoca un vuelco electoral. Al genio que se le ocurrió presentarlo en los carteles electorales como a una especie de Papá Pitufo también le corresponde una parte del desaguisado. La ramplonería del elegido por Rajoy viene a ratificar el escaso gusto del Señor de los hilillos a la hora de depositar su confianza.
Si Cañete es lo mejor que podemos enviar a Europa, alguien debe de haber pensado que el Viejo Continente es el plató de Master Chef. Se vaticina una indigestión crónica, una bacanal de ridículos. Un gran eructo a modo de rugido, para marcar terreno, para decir: “Aquí estamos”. Spain is different. ¡Y tanto! Un tipo que acaba de “ganar” unas elecciones no puede enviar un mensaje a los españoles iniciándolo con un “A las buenas noches”, a modo de gañán desconsolado e improvisado. Al menos no lo leyó, es cierto. Señal inequívoca de que las impresoras no funcionaban anoche en la sede popular.
Rajoy andaba desaparecido, acurrucado por los suyos, como si fuera una imagen que hay que proteger del temporal. Sacarlo a pasear es correr un riesgo innecesario. Por allí pululaba también González Pons, que ha ejercido de adorno en modo mute. Total, para cacarear su ideología y sus fobias ya tienen a las isabeles San Sebastián de turno, dóciles y cariñosas con el mensaje, escribanas entregadas a la causa, maná de la derecha a la que hay que pasar el plumero para descargar las capas de polvo que soporta. Copistas haciéndose pasar por periodistas, reinas del playback, las Milli Vanilli de la casquería periodística. ¡Una de mollejas! ¡Y luego hablan de árboles y de nueces! Trillo, anda, dilo tú…
En Ferraz cenaron aquelarre, y las tripas les entraron en un bucle de hormigueos. El menú socialista acostumbra ya a las excusas. Tanta receta de avestruz no podía ser buena y han terminado todos metiendo la cabeza en el suelo como en una especie de rito tribal que ni el mismísimo Engels sería capaz de comprender. Antropología desquiciada en el valle de las momias. Y Felipe con sus gases.
El PSOE suena a derribo, a mudanza, pero se niega a plantearse una regeneración. Rubalcaba es la reina del cuento de Blancanieves, pero no hay manzanas para tantos defraudados. Alfredo es un cadáver político iniciando el descenso a los infiernos de la política. ¿Dónde están las caras jóvenes en el PSOE? Quizá tras las máscaras, quizá en las celdas de castigo, quizá no se trate de una cuestión de rejuvenecimiento, sino de aguda obsolescencia programática, y el PSOE sea víctima de los tiempos y de la finitud de una propuesta que camina entre dos aguas. Se trata de elegir una orilla. Que suene el réquiem, himno de los socialistas por aclamación.
Canten Hollande y Rubalcaba fundidos, en el pleno sentido del término, como el queso de un sándwich mixto que se desborda por los lados. Ésa es la metáfora del socialismo que abusa de la paciencia de los suyos y que sustituye propuestas, esperanzas y cambios por un trapicheo digno de trileros. El PSOE, como caricatura irreconocible, como sombra pesarosa, como esperanza desvanecida. Está en la UVI. Si el repuesto es Carme Chacón, habrá que rogar una oración por su eterno descanso. Porque, ténganlo claro: no resucitará al tercer día.
Noche de gatos tristes, terrones de azúcar amargo en la boca de los lobos, el tinglado del bipartidismo puesto en entredicho, vapuleado, zarandeado. ¿Una seria advertencia o un farol? Las Generales lo dirán. ¿Vencedores o vencidos? La que pierde es Europa, que no existe ni como sentimiento ni como identidad. La diosa Europa tiene menos tirón que la diosa Cibeles. Échenle la culpa al árbitro.
Y mientras Francia, como si fuera un atormentado Javert, se tambalea presta para lanzarse eternamente al Sena en una noche estrellada, España se pone coleta.
Comentarios
Magistral. Me descubro una vez más. Chapeau.
Escrito por: .2014/05/28 23:18:0.348900 GMT+2
Apunto el concepto, querido/a lector/a: descubrirse desde el anonimato. ;-)
Muchas gracias
Escrito por: Jean.2014/05/29 09:50:53.537699 GMT+2