El viejo profesor Girbecek visita estos días diferentes ciudades españolas. Viene a hablar, que es lo suyo, aunque él dice que su trabajo consiste en callar. A veces no es fácil entenderle; en otras ocasiones sus opiniones son cristalinas. Sus charlas remuneradas versarán sobre comunicación y poder, pero yo voy a aprovecharme de nuestra amistad para preguntarle por mis propios demonios.
¿Ha venido a Madrid sin exceder los 110 km/h?
Mire, Platón, Aristóteles, Pitágoras, Kant, Hegel, Marx, Madame Curie, Fleming, Edison o Einstein nunca viajaron a esa velocidad. Sus reflexiones y su sabiduría no dependían de un embrague ni de un acelerador. A mí el único acelerador que me interesa es el de partículas.
Me habla de Platón, Aristóteles. Se me diluye usted en un anacronismo…
¿Anacronismo? Lo anacrónico es el pensamiento y la actitud de quienes se manifiestan como paradigmas de la involución, de aquellos que se perfilan como la antítesis del progreso. Hay personajes como Ana Botella, Jacques Chirac, George Bush, Havel y otros que ante la aceleración del fin de los recursos energéticos en el planeta, responden con sandeces y enterrando la cabeza en sus pensamientos podridos e irracionales. Eso es un anacronismo, porque esta gente permanece en otro tiempo, fuera de la realidad.
Pero, ¿usted cree de veras que reducir la velocidad máxima a 110 km/h supondrá un ahorro?
Yo no necesito viajar más rápido en un coche. No pretendo batir ningún record ni tengo prisa. El sosiego es necesario. Solamente por cuestiones de seguridad, parece una medida razonable, aunque ése no sea su fin. Desde luego, hay muchas más iniciativas por tomar.
¿Por ejemplo?
No me refiero a medidas desde el gobierno, sino desde el lado del ciudadano. Hay un uso excesivo, un despilfarro en muchos hogares. También las empresas. Resulta absurdo contemplar edificios de oficinas vacías con miles de bombillas encendidas.
O sea, que usted discrepa de Fernando Alonso en el tema de la velocidad…
¿Se refiere usted al piloto? Bueno, creo que el señor Alonso debería preocuparse menos por cuestiones de un país en el que no está siquiera censado. Le afectarán más los límites de velocidad de Mónaco, que parece que es donde paga impuestos.
Parece que Alonso no es santo de su devoción…
Ni santo ni nada, es un señor que conduce muy rápido, anuncia muchos productos en la televisión… De él sé poco más. Sus reflexiones acerca de las medidas del gobierno ni me van ni me vienen. Tampoco veo a Rubalcaba conduciendo un Ferrari.
¿Y lo ve como candidato a unas presidenciales?
Sería un cadáver exquisito… políticamente hablando.
¿No cree que el PSOE pueda recuperar la diferencia con el PP?
La coyuntura no ayuda; la candidez, la indefinición y el sectarismo político tampoco. Las tendencias de los medios de comunicación tampoco. Y rodearse de gente como Bono, Pajín y cía, mucho menos.
Vaya, su viejo amigo Bono…
Bono es capaz de provocar un desdoblamiento de su propia personalidad para darse un abrazo a sí mismo. En su megalomanía, es capaz de justificarse ante unos niños. Él cree de sí mismo que sería el presidente de gobierno ideal para España.
Cambio de tercio: ley antitabaco
Pero si yo ni fumo… No veo tantas protestas de los fumadores. Creo que las protestas vienen más de lado de quienes obtienen un beneficio económico de los fumadores y de sus hábitos adyacentes. En cierta forma, es como el asunto de los toros: quienes se movilizan no son los aficionados, sino quienes viven del negocio del espectáculo.
Gadafi…
El protagonista de una serie televisiva al que le van a finiquitar el papel los guionistas de la política internacional porque ya no interesa en la trama.
Hombre, algo tendrán que ver también sus crímenes…
¿Crímenes, me dice? Son 42 años en el poder… y ahora hablamos de sus crímenes… Déjeme decirle que algunos medios de comunicación saludan con algarabía los levantamientos populares en Egipto, Túnez, Libia… Déjeme recordarle que, por el contrario, España tuvo un criminal 40 años en el poder y se lo dejaron ustedes morir de viejo. Aquí han vuelto a hacer válida aquella expresión tan suya: “Con Franco esto no pasaba”. Desde luego que no pasó. Y ello requeriría, por coherencia y dignidad, una reflexión más sosegada. Claro que algún trono saldría malparado.
Desengrasemos, señor Girbecek… ¿Qué le parecieron los Oscar?
¿De verdad me está preguntando por esto? Unos premios de una academia con más marketing y artificialidad que cinematografía. El cine es ideología; los Oscar, propaganda. No representan el cine tal y como yo lo entiendo.
Pues visto lo visto, ¿cree que Rajoy ha claudicado ante Camps?
No, Rajoy claudicará ante los inversores extranjeros, ante los empresarios poderosos, ante FAES y ante sus seres imaginarios celestiales, pero no ante Camps. Todo esto es un elemento consustancial al PP. Le diría que con Camps hay que esperar a que hable la Justicia. El problema es que ésta habla tan bajo que no se la entiende. Yo no tengo muy claro si es una disfunción o si se trata de un error inducido.
Pero Camps podría…
Camps es un actor muy malo. En Valencia le darían el Oscar. Es una cuestión de cuántos fotogramas políticos necesita ver el cerebro de un votante para entender la película.
No le capto…
Pues que el señor Camps es un actor muy malo, pero en el cine actual tiene su público… como Torrente.
Las comparaciones son odiosas
Pero necesarias, amigo Jean. Haces una película de autor, una obra de arte y te la retiran de las salas a la semana; haces la de un tipo explotándose un grano enfrente de un espejo y te conviertes en la película más taquillera de la historia del cine español. Es una metáfora de los tiempos que corren. España y su acné.
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Escrito por: iturri.2011/03/04 07:35:32.808000 GMT+1