"Todos tenemos un precio"
El profesor Janesk Girbecek es uno de los mayores expertos mundiales en información y medios de comunicación. Este anciano extrovertido y cordial se encuentra en España para asistir a unos cursos sobre ideología en los medios de masas y manipulación de los medios públicos de información. Amablemente, nos ha concedido una entrevista. Suerte: hemos sido los únicos.
Usted es un experto muy apreciado por la izquierda, pero muy vilipendiado por los liberales. Sin embargo, asegura que nunca ha militado en ninguna organización política ni sindical y dice no comprender cómo es capaz de despertar tanta admiración y tanto odio al mismo tiempo.
Es una cuestión de serenidad. Los dogmas siempre son eclipses de la razón. Muchas de las críticas que han recibido mis obras llevan el marchamo de la intransigencia, el desconocimiento y el clasismo ideológico. Girbecek, las cosas no son blancas o negras, me dicen. Pues mire, no, hay cosas blancas y cosas negras, y los gobiernos se empeñan en generar desconcierto para que ésa sea la dualidad ideológica, hay que elegir entre el bien y el mal, entre el estás conmigo o estás contra mí. Claro que hay infinidad de cosas que son blancas o negras. Déjeme, en cualquier caso, que le diga que no me siento particularmente querido por eso que usted llama la izquierda. Entre otras cosas, porque no sé ni dónde está la izquierda ni qué es la izquierda.
Me refería a la división clásica entre izquierda y derecha...
Sí, pero precisamente en su país, y por esa tendencia a recubrir la realidad, el producto de moda es el centro.
¿Cree que el centro existe en política?
No en la española. Ustedes se han estancado en el bipartidismo, con todos los peligros que eso conlleva. El PSOE es un partido de lo que convencionalmente llamaríamos derechas, y el PP está a la derecha del PSOE. Y a la derecha del PP está sentado José María Aznar, el peor presidente de un gobierno que yo recuerde en la Historia, incluyendo lo que despectivamente ustedes llaman países bananeros.
¿Tan malo ha sido Aznar?
Intelectualmente, es un personaje siniestro, de cera, maleable por teorías que ni acierta a comprender. Su nivel intelectual es paupérrimo. Su mayor peligro reside en que habitualmente tiene que elegir entre creerse Napoleón o Dios.
Luego seguimos con el personaje, y conste que lo ha sacado usted…
Pues claro, pero si lo hubiera hecho usted no cambiaría nada. Mi opinión es la que es. No espero que me inviten a la FAES.
Usted ha impartido clases en universidades de más de 35 países y su obra ha sido traducida a más de 50 idiomas. Sin embargo, y paradójicamente, sigue siendo un gran desconocido. Un ejemplo: España y EE.UU., donde su voz ha sido silenciada. Sus opiniones contrarias a los republicanos le han colocado en el punto de mira o en el centro de los ataques de los bienpensantes estadounidenses. ¿Es eso lo que le ha llevado a abandonar la docencia?
No, yo ya había decidido arrojar la toalla. Regresé a mi país y ahora regento una tienda de chochos.
¿Perdón?
Sí, de altramuces, de Lupinus albus. Es una leguminosa muy apreciada en mi país.
Ah, claro, los altramuces…
¿Quiere uno? Pruebe, pruebe…
Gracias, se lo agradezco, pero… La verdad es que me sorprende… Supongo que le habrán hecho esta pregunta en muchas ocasiones, pero ¿por qué decidió precisamente poner una tienda de altramuces? ¿No es un cambio abismal? ¿Tan harto estaba?
Están riquísimos. En realidad, yo pretendía que la tienda fuera de almendras garrapiñadas, pero ya hay tres en mi calle. Otorgan sosiego, calma. Lo cierto es que tenía dos posibilidades: seguir viajando, lejos de mi esposa y de mis hijos, o decir basta y buscar sosiego para los últimos años de mi vida. Pruebe, pruebe… Son una delicia. Aunque no conviene abusar.
Gracias, profesor, no los tolero demasiado bien. Dígame, ¿cómo ve la situación del periodismo en España?
Oscura, espasmódica, aberrante, cancerígena. Hay una tendencia, un trasvase, una peregrinación de viejos informadores medianamente comprometidos hacia el reconfortante calor burgués. Antes existía ese espíritu reivindicativo, esa ensoñación o visión romántica en la labor del periodista, esa injerencia en el control de aduanas de las maniobras políticas. Todo eso ha muerto, ha desaparecido bajo el espectro de lo acomodaticio. En realidad, todos tenemos un precio, todos. El problema es que algunos lo tienen demasiado bajo, son gangas, periodistas chollo. Ya no hacen falta censores, cada cual sabe qué se puede decir y qué no. Los medios públicos son movidos por hilos de los gobiernos de turno. Los medios privados responden a intereses económicos, empresariales de sus dueños. Y éstos, cada vez más, son los bancos y los mastodontes empresariales. Hace treinta años, unos cuantos soñadores podían echar a andar cualquier revista satírica. Hoy, lo satírico es que lo máximo que pueden hacer es abrir un hueco en Internet con unos pocos de centenares de lectores.
Usted ha estudiado la situación de nuestro periodismo en los últimos 40 años. ¿Qué destacaría de este periodo?
La docilidad. Con la muerte de Franco se abrió la posibilidad de escribir, de narrar, de contar las cosas de una forma más veraz y creíble. Ya no hay un NO-DO, ya no hay que seguir el dictado del burócrata o del militar de turno, cuando no del censor incompetente. Los españoles aceptaron a un monarca compañero de Pinochet en el funeral del dictador Franco, a un príncipe que honró a Franco, que fue su elegido, su continuador según su expreso deseo y jamás le he escuchado una mínima crítica de su antecesor. Su monarca sigue siendo intocable. Me llama la atención la prestancia con la que los medios españoles venden carne podrida alrededor de la vida de Carlos de Inglaterra, de Carolina de Mónaco, del sucesor al trono noruego o de cualquier rey o príncipe, y, sin embargo, cómo hay un mutismo absoluto cuando se trata de sacar a luz conflictos que afectan a cualquier miembro de la familia real española. A mí, como usted comprenderá, no me interesa conocer detalles escabrosos de esta infanta o de aquella otra, pero tampoco creo que se pueda permitir tanto adorno alrededor de personas de carne y hueso. Muchos españoles dicen que son juancarlistas. Es una soberana estupidez, nunca mejor dicho. ¿Qué harán cuando no esté? Volverán a ser una república. No podrán ser felipistas, que eso suena muy mal. ¿Serán Letizistas? Los medios ya se encargan de vigilar el redil y que nadie se escape. Es uno de los asuntos más descaradamente controlados actualmente en la prensa española, aunque no el más preocupante. La publicidad tiene a los medios cogidos de los huevos, con perdón.
¿Es esto lo que más le llama la atención de nuestros medios?
No, es un botón. Me llaman la atención la concentración de medios en pocas manos, el establecimiento de dos bloques, la radicalización de la línea editorial, la irrupción de extremistas… Y el pluriempleo carnívoro, la capacidad para formar parte de un bloque ideológico de muchos periodistas, lo que les garantiza varios sueldos. Si das leña a Zapatero, puedes compaginar una columna en La Razón, con apariciones en Telemadrid, Onda Cero, Libertad Digital… Si defiendes a Zapatero contra viento y marea, puedes tener cabida en la Cadena SER, en El País, en Canal Sur… Digamos que hoy aparecer en una tertulia televisiva de una gran cadena un día a la semana le puede reparar a un periodista más dinero que todo su trabajo en una redacción durante un semestre. ¿De verdad que no quiere un chocho?
Esto… ¿Altramuces? Gracias, de verdad que se lo agradezco, es que me caen mal. Prefiero seguir hablando con usted de periodismo. ¿Dónde cree que radica el deterioro de la información en España?
De un lado, en la estúpida moda o política de contratar becarios -esto es explotados, siervos, mano de obra barata-, jóvenes sin experiencia, acuciados por la falta de oportunidades y el miedo a no poder acceder a un puesto de empleo de otra forma que no sea pasando por el aro y trabajando casi gratis. Además los jóvenes son más modelables, gracias al Euribor y al endeudamiento. Es impresionante permanecer ante el televisor una mañana en este país. Hay al menos 15 ó 20 entidades de créditos ágiles o rápidos en los tiempos de publicidad, lo que es señal de su éxito. Se piden por miles esos créditos en condiciones denigrantes, con tipos de interés de más de 24%. En todo este asunto del empleo de pésima calidad dejó su huella el incompetente Felipe González, un socialista jugando a flexibilizar los despidos, a fomentar el empleo basura y a sacarse de la manga, para regocijo de los empresarios, las figuras de los ayudantes, de los becarios, de los contratos en prácticas. Eso ayudó a que profesionales de gran experiencia y mayor independencia fueran invitados a camuflarse en el desempleo.
¿Sigue habitualmente algún medio español?
Varios cada día. Dependiendo del momento. En mis clases de risoterapia, el profesor utiliza ejemplares del diario La Razón y algunas piezas de los informativos de Telemadrid en los que interviene ese trasgresor llamado Eduardo Zaplana. Cuando llevo días sin hacer de vientre, suelo echar mano de la COPE, lo mismo me da Jiménez Losantos que César Vidal. Déjeme que me detenga en este último, porque es un caso asombroso de laboriosidad. En mi país lo tienen por el actual Leonardo. El otro día lo vi a la salida de un restaurante y me sorprendió que no fuera escribiendo por la calle. Estuve a punto de preguntarle si es cierto que puede escribir cuatro libros a la vez, utilizando para ello cada una de sus extremidades, pero llevaba guardaespaldas y me temo que no le hubiera hecho gracia la pregunta. Mire, fuera de bromas, me siento perplejo cada vez que echo un vistazo a los medios en España. Los más combativos, hasta la irreflexión, son los que se alinean con el siniestro Aznar, con el que coincidí el otro día en un acto. Está estropeado, muy estropeado físicamente. Y no digamos intelectualmente. Es la mismísima imagen del liberalismo trasnochado. Creo que está obsesionado y que ha perdido la noción. Su mirada es de una arrogancia aplastante y muy peligrosa. Es, sin duda, el icono de la derecha española. Y, en fin, sigo a varios columnistas, de los que me llama la atención su proceso de refundición, o de refundación, más bien. No deja de sorprenderme la literatura de Francisco Umbral o la presunta literatura de Del Pozo, el joven empuje generacional marcado por lo servicial de ese chico… ¿Gistou?... Hay, en cierta forma, una decadencia del columnismo. Escriben para agradar a sus patronos. Y sus patronos piensan en agradar a sus lectores, pero tras un periodo de educación. No rescataría a más de tres o cuatro plumas en España.
¿Iremos cada vez a peor?
Tiene mala pinta. Yo no voy a sacar a relucir un falso optimismo, pero mientras los españoles no hagan nada por evitarlo, pues parece que todo será día a día peor. ¿Lo último no es que Fernando Sánchez Dragó presente un informativo en un medio público? Pues eso, otro ejemplo de adaptación biológica al medio. Alguien que se dice anarquista, alguien que reniega de ser español, aceptando dinero del Estado, dinero público. Desde luego, es un sentido del anarquismo muy particular, de alguien que dice haber vivido en 70 países. Si consideramos que durante los 23 primeros lo hizo en España, y que en los últimos yo creo que anduvo por aquí, ¿a qué llama vivir en un país? Dice que va a ser independiente, pero a su antecesor, Germán Yanke, lo largaron por no ser lo suficientemente “dependiente”. Si consideramos que el director de Telemadrid fue jefe de prensa de la presidenta de la Comunidad, pues nos basta para hacernos una idea de la independencia de un medio que sufragan los madrileños. Pero parecen contentos y conformes. El descaro es mayúsculo, pero la ausencia de crítica de los españoles es lo que más me sorprende. Sostengo que es la herencia del franquismo, pero ése es otro tema y me temo que no podemos abordarlo aquí.
Profesor, ¿qué consejo le daría a los jóvenes estudiantes de periodismo españoles?
El mismo que a los del resto del mundo: ninguno. No serviría de nada el consejo de alguien que ha cambiado el ordenador por un mostrador. Cada cual debe descubrir lo que quiere. ¿De qué le serviría a un joven ambicioso que quiere el éxito a cualquier precio el consejo de un viejo al que ni conoce?
¿Hay más países donde se dé una situación tan crispada en el periodismo como en España?
Hay países en los que está mucho peor. Ahí tiene los datos sobre periodistas asesinados. Da grima pensar sobre la situación del periodismo en Marruecos, en China, en Rusia… Es el silencio de los corderos. Y al que habla, lo degüellan.
Muchas gracias, por habernos dedicado su tiempo. Ahora sí le cojo un altramuz.
Quédese la bolsa. Ha sido un placer. Y, por favor, dé un fuerte abrazo a Mikel Iturria. Dígale que le volveré a enviar más altramuces.
Comentarios
Enhorabuena. Al fin alguien que dice lo que piensa. Porque supongo que muchos piensan estas cosas que parecen bastante obvias, no?
Saludos, Roser -Andratx
Escrito por: .2007/02/03 10:40:7.528000 GMT+1
Escrito por: Pilar.2007/02/03 12:16:12.949000 GMT+1
Escrito por: iturri.2007/02/04 10:46:21.861000 GMT+1
Escrito por: Jean.2007/02/04 14:13:53.009000 GMT+1
Buenas Jean,
Si de verdad el profesor Janes existe, por favor dime dónde tiene la tienda de altramuces que le voy a vender unos cuantos, pues soy la responsable de exportación del mayor productor de altramuces a nivel mundial. Vamos, que los altramuces, no debeías nombrarlos como tal, si no como SALADITOS. Puedes saber más en www.saladitos.com. Y no haces muy bien no comiendo altramuces, son increíblemente buenos para la salud. ...Y no engordan!!
Escrito por: Marianela Barrera.2007/04/10 16:31:20.694000 GMT+2
www.saladitos.com
Quisiera decir al ilustre profesor que su visión, aunque muy acertada, está un poquito contaminada, y me atrevería a decir que presenta cierto cuadro de masoquismo, pues se desayuna con la creme de la creme del periodismo de copistería de este pais. Mi consejo, sin conocerlo es que se de un tratamiento de choque con opiniones de gente "no autorizada", es decir, gente que opina gratis. 8·D
Escrito por: .2007/04/29 19:23:30.797000 GMT+2
Escrito por: Manel.2007/04/29 19:25:50.910000 GMT+2