Vaya por delante una aclaración de corte cospedaliano: no soy imparcial, soy madridista. Quizá un madridista atípico, pero madridista, al fin y al cabo. Me gusta que gane el Madrid y me irrita cuando lo hace su máximo rival, el Barça. Hasta ahí, ni el menor atisbo de excepcionalidad, ¿verdad? Sin embargo, hay algo más detrás de esta enfermedad crónica. Admiro la plasticidad del juego azulgrana, y envidio desde la frustración olímpica el modélico estilo que ha nacido en La Masía, y que Guardiola gestiona con criterio e inteligencia. Guardiola no es perfecto. No es dios, porque dios no existe, o si existe, hace tiempo que está muerto. Guardiola vive felizmente oculto tras un corbatín negro ochentero. Pep no es ni siquiera santo, no lo necesita. El fútbol se muestra en sí mismo orgullosamente pecaminoso. Resulta necesario vender el alma al diablo –que éste sí existe, que lo he visto yo con mis propios ojos-, antes de cada partida de 90 minutos. Mefistófeles no es el árbitro. El trencilla es el paria, el muñeco imprescindible para que el engranaje futbolístico funcione sin retraso ni averías. Es el segundero envanecido de un reloj de cuerda. Es el epicentro, el creador, el imán, el sumo sacerdote. Sin él, este deporte languidecería. El árbitro es la imperfección en sí misma que asegura la perfección de la mentira. Son sus fallos, la belleza de la maldad, la razón filosófica del engaño, la sombra, la caverna platónica. El árbitro previene de la anestesia, sobreexcita, acelera, repone del desfallecimiento. Un árbitro es un orgasmo longevo. De sus manos, y de su criterio, nace la hoguera, la tremenda pira del discurso sin fin de las polémicas. El juez sancionador del fútbol no conoce la jurisprudencia. El código de leyes le importa tres cominos, porque él es un sheriff autodidacto, y el fútbol un western sin espaguetis. Lo que para uno es tarjeta roja, para otro no es ni amarilla. Anoche, en una semifinal europea, en un acontecimiento que mueve muchos millones de euros, la decisión más importante la tomó el árbitro asistente del que ha sido considerado por los jugadores de la Bundesliga alemana como el peor “referee” del campeonato. La insultante y arrolladora creatividad del Barça no había podido hasta entonces con el músculo y el tendón de un Madrid que ha cambiado sus cimientos y su identidad como antes nunca lo había hecho. Los socios madridistas deberían someter a referéndum si están de acuerdo con el mayor cambio conceptual de su historia. No soy socio, pero simplemente como madridista convulsivo, reconozco que no me gusta ganar a cualquier precio. El fin no justifica los medios. Reniego de la violencia intermitente de Pepe, que es más veces señor Hyde que doctor Jekyll, y no comparto las formas de Mourinho. Tengo claro que Florentino Pérez no sirve al Madrid sino que se sirve del Madrid. Es mi particular penitencia, sufrir las consecuencias de quienes, una vez más, llegan al fútbol para hacer caja. Me dan ganas de hacerme culé, pero en seguida aflora el sistema inmunológico –o debería quizá decir inmunoilógico-, y apacigua los ánimos y sofoca a rebelión. Es una cuestión de ciclos, y allí también hay quien confunde las churras con las merinas. Quizá lo más razonable sería huir del mastodóntico engaño, salir corriendo del gran laberinto centrípeto. Si el fútbol sigue cimentándose en la política, el negocio, la violencia, la irracionalidad y el periodismo incandescente, acabaré por elegir la mejor y más atractiva opción posible: la abstención. Lo que no sé es si será en esta vida o en la próxima.
2011/04/28 13:44:18.511000 GMT+2
Del madridismo como enfermedad crónica
Escrito por: Jean.2011/04/28 13:44:18.511000 GMT+2
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Comentarios
Sí SEÑOR!
Ya me gustaría ami que los mejores referees, y linieres, los directivos de la FEF, los plumillas de Marca, y As, los Manolos, los de deportes de Piqueras, de Milikito, de las autonómicas, no ya de Madrid, sino también todas las "de provincias" de nuestro campeonato, fueran la quinta parte de ecuánime, de auténtico amante del football, como tú me estás demostrando ultimamente, y que con este post cuasi culé, has acabado de bordar dejando las cosas muy claras.
Joder, si hasta no has hablado de la exageración de Dani Alves! Ni siquiera eso tan veraz y doloroso que decimos, "...si no hubiera pitado tal, yendo 0-0, seguro que hubiéramos...." , que en casi todos los casos, como digo, es una verdad como un templo, que deja secuelas irreversibles , -cual es mi caso, mi adscripción anti...merengues, sí- pero por eso. Justo de lo que no has hablado para nada, y eso te honra como aficionado al fútbol, como Madridista no fanático, pero escuece mucho, muchísimo.
Un admirado abrazo blanco, y rojo sin listas. Bss.
Escrito por: alargaor.2011/04/28 23:10:25.023000 GMT+2
http://minombre.es/alargaor
Escrito por: leo.2011/05/01 12:55:10.983000 GMT+2
Escrito por: jean.2011/05/03 10:27:50.564000 GMT+2