"La vida es más importante que la política (...), me ha costado mucho tomar esta decisión, la política es lo único que sé hacer". Son palabras de José Bono al abandonar el ministerio de Defensa y la actividad política. No ha llovido demasiado desde entonces, pero a Bono le ha sobrado tiempo para enterrar su ideario del adiós.
El ahora presidente del Congreso ha renovado su imagen y, por lo visto, su modestia y humildad, con otro implante de desmemoria. Bono se fue diciendo que abandonaba la política para dedicarse a su familia. Poco duró esa dedicación, la verdad. Ahora, el incontenible Bono dice que los votantes de ANV en un pueblo de 2.000 habitantes necesitan “tratamiento psiquiátrico o de la policía, sin matiz ninguno”. De ello se deduce que la política no es lo único que sabe hacer el lenguaraz Bono; ahora se muestra como erudito en psiquiatría. Lo que no me queda muy claro es qué entiende Bono por “tratamiento de la policía”. No olvidemos que el político del nuevo flequillo ya decía en 1998, preguntado por el juicio a Barrionuevo por la cosa esa del GAL, que todos los políticos cometen errores y que “siempre ha habido actuaciones fuera de la legalidad”. El discurso del por entonces presidente manchego nos dejaba también citas que muestran lo fácil que le resulta a Bono pisarse los bajos de los pantalones: “En este país hay una tendencia intolerable a introducirnos los políticos en el campo de la Justicia y, por desgracia, muchas veces de algunos jueces en la vida política”. ¿Será que Bono no tolera a Bono?
Sea lo que sea, parece claro que Bono cree saber de todo. A mí me da que lo que le sucede en realidad es que sirve para todo, incluso para un descosido. Sobre todo para esto último.
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