Entre turbulencia y turbulencia, entre flatulencia y flatulencia aero-política, aparece Rajoy dándole a las hélices, con su sempiterna cara de hombre ausente, disfrazado de galimatías, con la corona de hombre absorto y desconcertado. Rajoy es asín. Vuelan las hemerotecas en un puente aéreo doctrinario y servil. Las tertulias responden a las querencias y mezquindades del talonario, y así se descose esta España de amnesia insonora, mientras el Barça pone el dedo en la llaga del madridismo. Todo se etiqueta, y ya hablan del mejor equipo de fútbol de la historia. Es como si hubiera prisas por vivir lo que aún ni siquiera se sabe si se llegará a vivir. Todos quieren ser Jules Verne.
Florentino llega con los mismos vicios y con las mismas pésimas compañías. Tirará de talonario (no del suyo, claro está) y repartirá fogosidad mesiánica a una audiencia embriagada, que daría positivo en el control de fanatismo ciego. El Madrid volverá a la agonía en menos de un lustro, y Pérez será más rico. Se aceptan apuestas.
Aznar se ha escapado de su caricatura y tiene preocupados a los espectros de la decadencia. Una Universidad propagandista lo mostrará este verano sin barrotes, al natural, para hablar de ética y del futuro de la democracia. En boca cerrada no entran moscas, igual va y dice, a la chita callando. Se disputará la gloria con Rouco y Bono, evidenciando que la derecha está ahí, multicolor, pluriempleada, haciendo verso eso de Dios los crea y ellos se juntan.
Mayor Oreja va a misa en coche oficial. Confirmado, no va en bicicleta. Faltan por conocerse los motivos por los que este hombre, que parece fugado de un cuadro de El Greco, vive su segunda o tercera juventud en la política, después de sonoros y desternillantes fracasos. Será que es un gato. O un gatillo, según se mire. El peligro está ahí.
Como la salud me vuelve a fallar, tengo tiempo para caer en el sofá y plantarme ante el televisor, donde Mª Teresa Campos, tiene tertulia y mirada crítica. Después de su tromba gestual, y sin aviso, así como a traición, presenta a una nueva contertulia. Ñoras y ñores, con todos ustedes, la Mamen Gurruchaga (ojo, que la eme está en mayúscula, que no quiero torceduras de recato y pescozones a destiempo). La debutante no defrauda, es una delicia para los estudiantes de periodismo y para los forenses de las letras. Bastan diez minutos de sus estribillos para que los aprendices de periodismo sepan de lo que deben huir si quieren salvar la cosa.
Y para que nadie olvide la lección diaria, un obispo monta el guirigay hablando del aborto y la pederastia. Parecen ocupados y preocupados los señores de negro por la vida. Pero poco se les escucha hablar de la muerte y de los muertos de Franco. Las fosas siguen ahí, pero eso no les cuadra a los obispos, que siguen manteniendo en las paredes de sus iglesias las loas y los honores a los asesinos más despiadados. Son los caídos por su patria, que sigue sin ser la mía. Ahí está el problema.
Comentarios
Escrito por: Adolfo.2009/05/31 13:50:50.158000 GMT+2
Escrito por: Jean.2009/05/31 15:09:23.596000 GMT+2
Aparentemente mayor, no sé qué quiero ser cuando sea más mayor. Voy a menos y según me cuento, tampoco sé quién soy. Y en esa búsqueda encuentro de vez en cuando un espejo en tu celda.
Debo imaginarlo pero alguna vez, al fondo y borroso, está el Bukowski afeitándose. Lo que más me sorprende es constatar que ahora se afeita. Cosas de los muertos?
Escrito por: Oke.2009/06/01 15:47:29.113000 GMT+2