FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
Título Original: Rencor
España. 2002. 106 min.
Dirección y Guión: Miguel Albadalejo
Producción: Enrique González Camacho, Ximo Pérez
Fotografía: Alfonso Sanz Alduán
Música: Lucio Godoy
Montaje: Pablo Blanco
Dirección de arte: Pepón Sigler
Intérpretes: Lolita, Jorge Perugorría, Elena Anaya, Mar Regueras, Geli Albadalejo, Roman Lucknar, Jorge Alcázar, Roberto Hernández
De Miguel Albadalejo poco se puede contar. Hablan por él sus películas y sus historias, sus siempre característicos personajes y su forma de darles vida. Si en su anterior película, la excelente El cielo abierto, nos contaba en tono de comedia un hermoso cuento de amor, con Rencor se encamina más hacia el género dramático, aunque no renuncie a esa chispa humorística, la misma que tiene la vida, que con tan buen oficio maneja. En esta ocasión nos narra las vivencias de Chelo, una potente mujer que se gana la vida cantando en chiringuitos y restaurantes playeros tras un pasado de batallas perdidas, viejas amistades, amores que no se olvidan y venganzas que aguardan en el baúl. En su tour veraniego se encuentra con Toni, un antiguo amigo que se dedica al alquiler de patines de playa, un delincuente de poca monta emparejado con una hermosa y excitante joven del pueblo.
Lolita, espléndida, en una escena de Rencor
Se trata de una triste y tormentosa tragedia que gira en torno a este triángulo (que conforme transcurre el film se convierte en cuadrado) de personajes. En esta historia surgen rencillas del pasado, heridas que nunca cicatrizaron y antiguas relaciones que resucitan. Miguel Albadalejo nos muestra a una mujer que pide venganza y que teje un plan malicioso, lleno de perversión, en contra de un hombre que la destrozó, que fue y sigue siendo un auténtico cabrón y que ahora sobrevive como ilegal tras huir de aquella situación insostenible. Pero Rencor abarca mucho más. Entre ellos está la inocente niña que se enamora del sinvergüenza, el inexperto policía empecinado en detenerlo y una familia tan típica como infeliz que difícilmente se soporta. Y todo un elenco de personas que surgen alrededor, ese turismo ruidoso y escandaloso de clase media baja que abarrota la costa con sus chavales jugando, que se divierte mientras pasea por los mercadillos y disfruta del verano mientras intenta olvidar las miserias del resto del año. Albadalejo retrata este mundo como si viviera en él, lo conoce y lo muestra tal como es. Así, junto con la tragedia de amor y odio, tras ella, nos enseña las desdichas de una sociedad que derrocha pobreza moral, social y económica, una sociedad quizás abocada al fracaso, que intenta maquillar ese mal entre orquestas cutres, sombrillas y bronceado.
Este fiel espejo es uno de los motivos por lo que se hace imprescindible conocer Rencor, pero también lo es la interpretación de una descomunal y espléndida Lolita, haciendo de sus ojos un vehículo de expresión, actuando incluso con la potencia y fuerza de su bronceado y exquisito cuerpo, cantando como nunca, con garra y gallardía unas excelentes versiones de canciones como Mediterráneo o Bambola, descubriendo así un talento que permanecía escondido. Además, complementan su trabajo de manera excepcional Jorge Perugorría, Elena Anaya (cada día más guapa y convincente) y Mar Regueras. No obstante, a Albadalejo le queda forzado el guión en algún momento (sobre todo en la parte final), y deja algún que otro cabo suelto. Cuestiones menores que no empañan el resto de este excelente trabajo, incluidos los destellos de humor (con escenas que se clavan en la retina, como la de Lolita escondiendo una piedra de costo), de recomendable visión.
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