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2008/10/11 11:20:00 GMT+2

Pelea de lumbreras

A mí me pasa lo mismo que al profesor Juan de Mairena, ideado por Antonio Machado. Yo tampoco acepto aquello de que «La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero», porque doy por hecho que los porqueros tienen una percepción de la realidad que Agamenón jamás podría entender, y viceversa. A cambio, no me parecería mal que se dijera: «La verdad es la verdad, dígala Agamenón o Héctor», porque ambos personajes, según La Ilíada, si bien estaban enfrentados a muerte, compartían la misma ideología aristocrática, pendenciera y chulesca.

Saco a colación este símil para catalogar las justas verbales que emprenden el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, y el portavoz del PP, Esteban González Pons. En su caso sí que puede afirmarse que la verdad es la verdad y las bobadas son bobadas, ya las digan José Blanco o González Pons.

Hace pocos días ha tenido ocasión de brillar con luz propia el vicesecretario socialista, quien ha dicho, ni más ni menos, que «a Rajoy le importa un bledo que se derrumbe el sistema financiero español con tal de quedarse con el solar». Se fue a Melilla para soltar tamaña barbaridad, aprovechando el acto de clausura del Congreso local (localísimo, en este caso) de su partido.

Ignoro si será que las luces de José Blanco no dan más de sí, si será que nos toma a los demás por tontos de baba o si ambos elementos se conjugarán en perfecta armonía en su cabeza, pero la frase de marras es de lo más disparatado que se ha oído en la política española durante los últimos años. ¿Cómo va a darle igual al presidente del PP que se hunda el sistema financiero español, si buena parte de sus mejores aliados y algunos de sus más preclaros militantes son parte integrante de ese sistema y si su propio partido depende de él para subsistir? Otrosí: ¿para qué narices querría gobernar un país convertido en un solar?

No se trata de atribuir a Mariano Rajoy propósitos altruistas; tan sólo de presuponer que no ambiciona clamar «¡Muera yo con todos los filisteos!», como Sansón, y suicidarse derribando las columnas del templo.

González Pons ha respondido a eso que «a Pepiño le gustaría ser Alfonso Guerra, pero le faltan lecturas y sensibilidad social». Es evidente que González Pons no conoce a Alfonso Guerra –y menos todavía su sensibilidad social–, pero sí parece haber intuido que Blanco no es precisamente un maestro consagrado en el célebre juego del policía bueno y el policía malo. Para jugar a ese juego es necesario tener un cierto sentido de la medida. Quienes lo emprenden deben adoptar diferentes actitudes, más agresivas o más moderadas, pero el objetivo de ambos ha de ser el mismo. Si Rodríguez Zapatero dice que quiere hablar con Rajoy para analizar conjuntamente cómo poner remedio a la crisis económica, ¿a qué viene que Blanco irrumpa en la escena diciendo que el del PP lo único que quiere es que todo se hunda? Si  tienen tan claras las intenciones economicidas de Rajoy, ¿a cuento de qué ese empeño en hablar con él? Debería entender que, cuando se acusa a alguien de algo, puede dar igual que la imputación sea falsa, pero es imprescindible que por lo menos resulte verosímil. Y ésta no lo es.

Nada de este rifirrafe tendría demasiada importancia considerado en sí mismo, pero cobra cierto interés si lo evaluamos como muestra del paupérrimo nivel por el que repta la política española. José Blanco es como es (y como ha quedado aquí muy parcialmente descrito), pero no perdamos de vista que el portavoz del PP también tiene lo suyo. Como alguna vez recogí en estas mismas páginas, González Pons fue capaz de declarar en un debate electoral televisado que, mientras el PP gobierne en Valencia, la lengua valenciana nunca tendrá nada que ver con la catalana. ¡Como si las cuestiones académicas pudieran dirimirse por decreto! (Estoy recopilando una antología de sus frases más abracadabrantes. Es otra lumbrera.)

Bueno, pues éstos son los dos personajes a los que los dos principalísimos partidos españoles han elegido como portavoces, para que pregonen sus excelencias.

 (Aparecido en Noticias de Gipuzkoa el 11 de octubre de 2008) Versión en el periódico: http://www.noticiasdegipuzkoa.com/ediciones/2008/10/11/opinion/d11opi5.1301122.php

Escrito por: ortiz.2008/10/11 11:20:00 GMT+2
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Comentarios

A mi Gonzalez Pons me recuerda al niño ripipi  que se queda mirando a sus mayores  con cara de "habeís visto que listo soy"  cuando tiene alguna ocurrencia, generalmente poco ocurrente y ocasiones da mucha verguenza ajena su aspecto de mascota que espera la recompensa despues de ir a por la pelota.

Escrito por: leo.2008/10/11 13:07:12.779000 GMT+2

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