Estuve el jueves en la entrega de los premios Vasco Universal del Año, en Vitoria, en la Lehendakaritza. Las dos personas premiadas eran la soprano Ainhoa Arteta -primera mujer que recibe el galardón- y el veterano periodista y escritor Martín Ugalde.
Fue un acto curioso, con sus momentos de emoción.
Todo el mundo hablaba de la operación ordenada por el juez Juan del Olmo en la madrugada anterior. Nadie consideraba casual la aparente coincidencia: en el mismo día, de un lado la actuación policial centrada en el Parque Cultural «Martín Ugalde»; del otro, la entrega del premio Vasco Universal al propio Martín Ugalde. «Porque está muy débil y en la cama que, si no, Del Olmo le detiene también a él», dijo más de uno.
Hablé con gente diversa: algunos políticos, personajes del mundo de la cultura, unos cuantos periodistas... Me llamó la atención que varios de ellos coincidieran en poner como muestra de la ceguera de la casta dominante en Madrid -«el establishment», que dice ahora Ramón Jáuregui- la última intervención estelar de José María Cuevas, en la que el presidente de la patronal española animó a Aznar a suspender la autonomía vasca. Cuevas aportó a Aznar un razonamiento aplastante. Le dijo, por sobre poco más o menos (cito de memoria): «Se cerró un periódico y no pasó nada... Se ilegalizó un partido político y no pasó nada... Cabe suponer que, si el Gobierno toma ahora medidas de más alcance, tampoco pasará nada».
La pregunta inevitable -inevitable en Euskadi, al menos- es: ¿qué entenderá el pollo éste por pasar algo? Nadie se ha puesto a cavar trincheras, es cierto. Pero el cabreo, el estupor y la amargura tienen cada vez más peso en decenas, en cientos de miles de conciencias.
Un sondeo de opinión que acaba de hacerse público indica que una aplastante mayoría de la población vasca -por encima del 70%- considera que el futuro nacional del pueblo vasco debe ser decidido libremente por los propios vascos, sin injerencias foráneas. ¿Qué es eso sino el derecho de autodeterminación? Es obvio que la posición autodeterminista engloba a mucha gente no nacionalista, incluyendo -forzosamente- a bastantes votantes del PSOE, e incluso del PP. Los constantes embates del poder central no ya sólo contra el nacionalismo vasco, sino contra las instituciones vascas en tanto que tales, y la sistemática campaña de descrédito de las señas de identidad vascas, están propiciando un clima de enfrentamiento que prefiero no imaginar en qué puede acabar.
Cuevas es un perfecto necio. Cree que ellos actúan «y no pasa nada». Vaya que sí pasa.
Es como el idiota que ve subir la temperatura del agua del radiador de su coche -hace un rato 60º, luego 80º, ahora 90º- y piensa: «Me da igual. Mientras no hierva...».
Javier Ortiz. Apuntes del natural (18 de octubre de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 25 de octubre de 2017.
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