La cosa está pasando de castaño oscuro. Ya no hay día que no tenga dos o tres intentos de inocular virus en mi ordenador. Y todo el mundo está en las mismas, por lo que me cuentan. El Outlook de Microsoft tiene más agujeros que un queso de Gruyère y los piratas de la informática se meten por ellos como Pedro por su casa.
Mi pregunta es: ¿por qué hacen eso? La única respuesta razonable que encuentro es que, como Charlot en El chico, se dediquen a romper ventanas -o sea, Windows- para luego ofrecer sus servicios como cristaleros. Es decir, que fabriquen a la vez el virus y el antivirus para, una vez expandido el virus, vender el antivirus al mejor postor. Me informa Pepe, mi informático a domicilio, de que algunos hackers han conseguido empleos millonarios exhibiendo sus habilidades destructivas a modo de currículum. «Las empresas se dicen aquello de que "si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él"», argumenta.
No porque fuera así dejaría de acordarme de todos sus ancestros, pero por lo menos lo entendería.
Lo que me cuesta más entender es la inconsciente imprudencia de buena parte de la gente que tiene anotada mi dirección de correo en su ordenador y que no se previene contra los virus, con lo que no sólo se deja infectar, sino que me infecta también a mí con toda suerte de gusanos de los que se expanden utilizando automáticamente las libretas de direcciones.
Entre los imprudentes que no tienen instalado un buen antivirus y los que lo tienen, pero no lo actualizan a diario en estos tiempos de tormentas virales, los que nos servimos del ordenador como instrumento básico de trabajo las estamos pasando canutas. Ayer perdí tres horas desinfectando el ordenador de mi pareja de hecho y otra hora más neutralizando los intentos de asaltar mi PC principal (media por cada scaneo del disco duro tras borrar el virus correspondiente).
Así no hay manera.
Esto es un llamamiento desesperado a todos mis correspondientes habituales: instalaos un antivirus serio y actualizarlo todos los días. Por favor. Que me vais a matar.
Nota.- Y ya puesto a pedir favores: ¿alguno de vosotros/as archiva las anotaciones de mi Diario de un resentido social? "Machaqué" por error el archivo de una semana de agosto y quisiera recuperar los textos. Si alguien lo hace, que me lo comunique por correo electrónico (sin virus, a poder ser). Se lo agradeceré infinitamente. O más.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (26 de septiembre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 7 de junio de 2017.
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