En su prédica final ante los dos millones de chavales que se han congregado en Roma durante el pasado fin de semana, Karol Wojtyla afirmó que los peligros principales que debe encarar la juventud actual son "la molicie, la vida fácil y el hedonismo".
Confieso que, según lo oí, me quedé estupefacto. Los principales peligros que afronta la inmensísima mayoría de la juventud de hoy, a escala mundial, son el hambre, la marginalidad y el sida. ¡Ve a Somalia o a Ruanda a prevenir a los jóvenes contra "la vida fácil"! ¡Ve a Irak o a Brasil a alertarlos contra "la molicie"! ¡Ve a Indonesia o a China a precaverlos contra los peligros del "hedonismo"!
¿De qué juventud habla este hombre? ¿De la que le llevan en peregrinación sus devotos del Opus Dei?
Me acordé del viejo chiste que le hicieron a raíz de uno de sus viajes al Africa profunda. Contaban que habían conducido a su presencia a un niño esquelético, de esos pobres que están tan en los huesos que desafían la ley de la gravedad. Al verlo, Wojtyla preguntaba: "Y este niño, ¿por qué está así?". Alguien de su séquito le respondía: "Santidad: porque no come". A lo que el Papa replicaba acercándose al crío y haciéndole una carantoña: "Venga, nene, no seas malo: ¡tienes que comer!".
Esta vez el chiste lo ha contado él.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (21 de agosto de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 23 de febrero de 2017.
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