Me pregunta un lector qué hay de cierto (o de falso) en un episodio que relata Pepe Rei en su último libro (El periodista canalla, Kale Liburuak, 2001) y en el que aparezco mezclado.
El pasaje al que se refiere el lector dice, literalmente, lo siguiente:
«La última vez que me había encontrado a Pedro J. había sido en Bolueta mientras ultimaban las obras de acondicionamiento de lo que sería la sede de El Mundo del País Vasco. El motivo de la cita era una convocatoria de Ramírez para estar conmigo personalmente. Pedro J. no se dirigió a mí de forma directa, sino que utilizó a Javier Ortiz, que sería después el subdirector de la edición vasca de El Mundo, quien a su vez recurrió a otro intermediario, José María Caminos, ex compañero suyo de militancia en el EMK y que trabajaba conmigo en el equipo de Investigación de Egin.
»En Bolueta, además de Ramírez y Ortiz, estaba también David Barbero, ya nombrado para ese entonces director de El Mundo del País Vasco. Pedro J. fue al grano desde el principio: le interesaba que me integrara en su proyecto para trabajar en la sección de investigación del nuevo periódico. Mi respuesta fue que estaba muy a gusto en Egin, en donde gozaba de total libertad de trabajo y que no tenía intención alguna de cambiar de medio.
»Recientemente, a raíz de toda la ofensiva mediática para darle cobertura a Garzón con mi encarcelamiento, Melchor Miralles quiso complacer una vez más a su jefe y mintió en una tertulia de "Tele 5". Miralles afirmó que cuando se fundó El Mundo del País Vasco no sólo yo me había ofrecido para trabajar en ese medio, sino que incluso le había ofertado al resto del equipo. Exactamente al revés de lo que había sucedido.»
Bueno, pues preciso.
1º) Por lo que recuerdo, el contacto no se produjo por iniciativa de El Mundo, sino a propuesta del propio Rei.
2º) Aunque la idea del contacto hubiera partido de El Mundo, no creo que yo hubiera recurrido a José María Caminos, porque ni recuerdo quién es -aunque probablemente lo conozca de antiguo por algún nombre de guerra- ni su nombre figura en mi agenda, en la que apunto a todo pichichi con el que me relaciono.
3º) Aunque la gestión la hubiera hecho yo -cosa que, insisto, no recuerdo en absoluto-, sería absurdo decir que Pedro J. «me utilizó». Siendo yo subdirector del periódico, una gestión así entraría de lleno dentro de mi labor normal.
4º) El contacto existió, pero tampoco recuerdo que estuviera David Barbero. Me parece que estuvimos presentes Rei, Ramírez y yo, solamente.
5º) Es cierto que Ramírez tenía cierto interés en que Rei se incorporara a la Redacción de El Mundo del País Vasco, pero tampoco demasiado, porque le hizo una propuesta económica realmente ridícula. Le ofreció un sueldo más bajo del que estaba cobrando en Egin, lo que provocó mi enfado, porque yo sí tenía verdadero deseo de que Pepe Rei se viniera con nosotros.
6º) Si la memoria no me falla -y creo que no, y hay muchos testigos de cómo relaté entonces el encuentro-, Pepe Rei nos declaró que tenía ganas de venirse a El Mundo, no porque tuviera nada contra Egin, sino porque consideraba que sus artículos de denuncia en ese periódico encontraban un eco insuficiente, dado el ninguneo al que estaba sometido. Finalmente, fue la magra retribución que le ofreció Ramírez la que le movió a rechazar la oferta.
7º) De no haber existido expectativas concretas de contratación, Ramírez no se habría molestado ni siquiera en entrevistarse con él.
Dicho lo cual, añado:
a) Que no digo nada de esto por salir en defensa de Ramírez. No defiendo a mi jefe, porque no es mi jefe. De hecho, acabo de comunicarle que renuncio a reintegrarme en la plantilla del periódico.
b) Que tampoco lo digo para menoscabar la imagen de Pepe Rei, al que he defendido siempre de las intolerables injusticias a las que ha sido sometido y que, por su parte, siempre me ha mostrado su afecto.
Constato las cosas, sencillamente, tal como las recuerdo.
Pepe Rei rechaza la atribución de un comportamiento que, en realidad, no tienen nada de infamante. El Mundo de ahora no es, ni mucho menos, el de entonces. Y, por lo demás, ninguna empresa merece devoción, por muy pura y abertzale que se pretenda. Entre otras cosas, porque ninguna empresa -ninguna- la ofrece, como sabe muy bien Rei.
En mi opinión, habría sido bueno, para El Mundo y para él, que se hubiera venido con nosotros. Ignoro qué interés puede tener ahora en indignarse porque se diga que hace 11 años trató de dar una proyección pública más amplia a su labor periodística.
En todo caso, los hechos son los que son.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (24 de diciembre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 30 de junio de 2017.
Comentarios
Escrito por: Txema.2010/01/08 10:00:3.060000 GMT+1
Escrito por: PWJO.2010/01/08 19:16:5.670000 GMT+1