Permitidme que haga un razonamiento muy breve y muy sencillo.
Llevan desde las 6 y media de la tarde de ayer lanzando misiles contra dos puntos geográficos de Afganistán.
Cada uno de esos misiles tiene un potencial destructivo gigantesco.
Dicen que los objetivos de los misiles son las defensas del ejército talibán y los campamentos de la organización de Ben Laden.
Pues bien, una de dos: o apuntan muy mal o las defensas del ejército talibán deben de ser enormes, y los campamentos de Ben Laden, muchísimos. Si no, no se entiende que necesiten una cantidad tan grande de misiles para destruirlos.
Como esas dos posibilidades son más bien dos imposibilidades, la verdad tiene que estar en un tercer lugar.
Deduzco que lo que pretenden es convertir Afganistán en un desierto inhabitado. Por dos vías: la directa, provocada por las bombas, y la indirecta del miedo, que ya está empujando a la población a emigrar masivamente.
Una vez dejen el país como la palma de la mano, pasarán a ocuparlo militarmente por tierra.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (8 de octubre de 2001). Subido a "Desde Jamaica" el 14 de junio de 2017.
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