Todo objetivo político de primera línea -«estratégico», que se decía antes de que se impusiera el spanglish y se empezara a hablar de estrategia hasta para los saques de faltas en el fútbol- precisa de un trabajo sistemático de preparación de la opinión pública. Hay que explicar una y otra vez y a gran escala tanto su bondad y su conveniencia como los problemas que acarrearía a la mayoría seguir otro camino.
Un problema muy grave que afronta la opción de la salida dialogada al conflicto vasco por la que tímidamente se está asomando Rodríguez Zapatero es que no cuenta con los medios de comunicación de masas que se precisan para emprender esa tarea como es debido. Todos los grandes consorcios propagandísticos con sede en Madrid y cobertura general son -unos más, otros menos, pero todos- hostiles o, en el menos desfavorable de los casos, muy reticentes a esa apuesta.
Digo esto último con referencia, obviamente, a los medios del grupo Prisa, muy en especial a El País y la Ser. En el sanedrín ideológico del grupo hay un núcleo de gente muy influyente y con mucha capacidad de decisión -y de censura- que ve con franco disgusto el camino emprendido por Zapatero. Hablo de gente como Pradera, como Savater, como Unzueta, que tienen mano alta en la línea editorial y que están, básicamente, en las posiciones de ¡Basta Ya! y del Foro de Ermua. Me llegan noticias de intervenciones suyas decisivas para evitar que los dos buques insignia del grupo se puedan ir situando en este terreno -también en este terreno, habría que decir- al servicio de la política del presidente del Gobierno. Los muy prudentes avances realizados en ese sentido por Iñaki Gabilondo se han visto una y otra vez en apuros. Por el otro extremo, las posiciones de José Bono, de un lado, y las de los disidentes de la línea de Patxi López en el PSE, del otro, encuentran el más favorable de los ecos.
De los demás medios no creo que valga la pena hablar mucho. Lo de la Cope es de pura caricatura, aunque Onda Cero no tenga mucho que envidiarle. Antena 3, lo propio. Los canales autonómicos, salvando las dos excepciones de rigor, otro tanto.
A la línea general de las empresas se une el problema de los profesionales mejor pagados de los medios, que han repetido tantas veces, durante tanto tiempo y con tanto entusiasmo el mensaje monocorde del viejo pacto PP-PSOE que ahora no ven de qué modo podrían, aunque quisieran, ponerse a decir algo sustancialmente diferente. Así que ponen pie en pared y se resisten como fieras.
Ése es un muy grave inconveniente que Zapatero tiene que abordar con realismo. Sabiendo qué significa el realismo cuando se es presidente de Gobierno. Tiene que servirse a tope de los medios que tiene a su alcance. Un ejemplo: la Cope es de la Conferencia Episcopal, ¿no? La Conferencia Episcopal recibe todos los años una pasta gansa del Estado, ¿no? Hay una demanda social muy importante a favor de que la Iglesia Católica se financie por sus propios medios, ¿no? Pues a mover esas piezas y a ver cómo cabe recolocarlas.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (19 de mayo de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de octubre de 2017.
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