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2000/09/02 07:00:00 GMT+2

Un Gobierno de genios

Soy partidario -lo he dicho muchas veces- de cumplir escrupulosamente con las obligaciones fiscales. Entiendo que traten de burlar al Fisco quienes tienen rentas más bajas, pero detesto las coartadas que se inventan para justificar la evasión de impuestos algunos que están forrados, o que, por lo menos, no pasan ningún apuro. La colectividad tiene necesidades que alguien debe pagar, y ese alguien solo puede ser el que tiene. Tanto más cuanto más tenga.

A cambio de esa disposición contributiva, que materializo todos los años escrupulosamente, creo estar autorizado a exigir al Estado que no haga ni tonterías ni sinvergonzonerías a la hora de administrar el erario.

No sé exactamente en cuál de estas dos categorías se inscribe el disparate que ha perpetrado el Gobierno con la adjudicación de las licencias de telefonía de nueva generación, pero en una de ellas habrá que incluirla. Ha renunciado a ingresar en las arcas del Estado una cantidad que los expertos cifran en más de tres billones de pesetas. ¡Dios santo! ¿Se imaginan cuántas autovías, cuántas líneas de tren de alta velocidad, cuántos hospitales, cuántas subidas de pensiones, cuántos subsidios de paro se habrían podido pagar con ese dineral? Gracias a que se ha montado las cosas bien, y no a la Aznar, el Estado alemán, que iba a cerrar este ejercicio con déficit, lo hará con superávit.

Lo que ha hecho el Gobierno español no ha sido un mal negocio, sino una auténtica catástrofe.

Escuché ayer por la radio a un alto responsable ministerial que sostenía que el Estado no puede rebajar los impuestos sobre los gasóleos porque «son de los más bajos de los países de nuestro entorno». Ya. ¿Y la renta media? ¿Es tal vez de las más altas? Digo yo que el cálculo deberá hacerse en proporción: qué porcentaje de los ingresos (de un agricultor, o de un transportista, o de un taxista, o de un armador de pesca, etcétera) se le va en combustible aquí y qué porcentaje se les va en Alemania, o en Dinamarca, o en Francia.

¿Digo Francia? Allí, todos los sectores afectados por el fuerte incremento del precio del gasóleo han montado una zapatiesta de mucho cuidado y el Gobierno ha anunciado de inmediato que va a bajar los impuestos que gravan los carburantes.

En Francia sí se puede hacer. Aquí no. Aquí, como al jefe del Gobierno se le ha pasado que podía sacar el dinero de otro lado, y en muchísima mayor cantidad -estaría pensando en el PNV, el pobre-, pues ahora no tiene más remedio que exprimir a fondo a los consumidores de gasóleo. Y así, de paso, consigue que suban aún más los precios. Como las hipotecas. Como todo.

Pues qué bien. Qué gozada.

Javier Ortiz. El Mundo (2 de septiembre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 2 de septiembre de 2011.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2000/09/02 07:00:00 GMT+2
Etiquetas: el_mundo economía impuestos aznarismo 2000 aznar | Permalink | Comentarios (1) | Referencias (0)

Comentarios

Vaya vaya regalando dinero a los ricos

Escrito por: begoña.2011/09/02 12:49:18.298000 GMT+2

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