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2005/10/28 06:00:00 GMT+2

Un, dos, tres... y Cuatro

Después de enterarme de que una investigadora española ha descubierto que Tutankamón bebía vino tinto, lo que tal vez añada una nueva hipótesis a las muchas que se han manejado para explicar la misteriosa y muy prematura muerte del faraón, que cascó a los 18 años, y tras haberme detenido a considerar otro enigma no menos insondable (el hecho de que el equipo de mi pueblo, la Real Sociedad, que comenzó el campeonato recibiendo una soberana zurra del equipo que ahora ocupa el último lugar, esté el 5º en la clasificación de la Liga, empatado a puntos con el 3º), me siento ya psicológicamente preparado para afrontar otro rompecabezas no menos peliagudo: la situación y el porvenir de RTVE.

El Gobierno ha decidido que va a reducir por ley la cantidad de minutos de publicidad por hora que pueden emitir las televisiones públicas. Ahora es de 12 (una quinta parte del tiempo total) y lo va a dejar en 9.

La medida podría merecer otras valoraciones si no fuera porque es evidente por qué lo ha hecho: para evitar que Tele 5 y Antena 3 recurran ante la Audiencia Nacional la concesión a Sogecable de autorización para convertir Canal Plus, que recibió una licencia para emitir como canal de pago, en el canal en abierto Cuatro, que comenzará a funcionar dentro de unos días. Tele 5 y Antena 3 estaban seriamente preocupadas por la reducción de publicidad que podían sufrir tras la aparición de Cuatro. Al bajar la participación de TVE en el reparto de la llamada «tarta publicitaria», Tele 5 y Antena 3 pueden salir más o menos indemnes de la operación, con lo que el Gobierno ha conseguido que renuncien a la vía judicial.

Que el acuerdo vaya a plasmarse mediante una enmienda a la Ley de Presupuestos Generales del Estado es indicativo de lo que va a suponer: la reducción de ingresos de TVE se verá compensada a cuenta de las arcas públicas, es decir, del dinero de los contribuyentes. Dicho de otro modo: la aparición de Cuatro va a correr a cargo de quienes nos retratamos anualmente con el IRPF.

La directora general de RTVE, Carmen Caffarel, ha montado en cólera y ha arremetido contra Antena 3 y Tele 5 por su «voracidad» en la captación de publicidad. El reproche es ridículo, y ella lo sabe. Que las cadenas privadas aspiren a no perder su tajada está en el orden natural de las cosas. La responsabilidad de lo sucedido recae sobre el Gobierno, que ha decidido pagar el peaje del favor concedido a Sogecable con dinero de RTVE.

Caffarel afirma que las televisiones privadas quieren acabar con la pública. Pero hay diversos modos de acabar con la televisión pública. También desde dentro. Por ejemplo, gestionándola como si fuera una televisión privada, con el mismo bombardeo publicitario y el mismo predominio de lo zafio y lo populachero en la programación. De ese modo, sólo se distingue de las privadas en que sus servicios informativos respaldan incondicionalmente al Gobierno de turno. Otra vía para acabar con la televisión pública, más sutil pero no menos eficaz, es la que proponen quienes quisieran que actuara como «subsidiaria» de la TV privada, convirtiéndose en un producto de cierto nivel cultural, pero minoritario, marginal, sin capacidad para interesar a amplios sectores de la población e influir sobre ellos. En ese sentido, conviene no olvidar que las televisiones públicas -incluidas las autonómicas- se diferencian de las privadas en un punto esencial: no es imposible hacerlas cambiar de orientación, urnas mediantes.

De todos modos, si se trata de mejorar las finanzas de RTVE, hay que considerar no sólo sus ingresos, sino también sus gastos. El «ente público» gasta todos los años cantidades astronómicas procurándose en el mercado recursos materiales y humanos que podría suplir con los que ya cuenta y de los que no se sirve como debería. Admitamos que la plantilla de RTVE puede exceder sus necesidades. Es posible que convenga reducirla. Yo no lo sé, pero eso es lo que dicen los que sí saben. De todos modos, se convendrá conmigo en que el mejor modo para lograr que sobre personal a barrabarra es encargar los programas a productoras exteriores a la propia RTVE, como se está haciendo.

A decir verdad, asisto a todas estas batallas con conciencia de que son importantes, pero con el convencimiento de que van a acabar mal. Mal para la consolidación de una televisión pública que merezca el nombre de tal, y mal para mis intereses como telespectador, cada vez más alérgico a las programaciones preparadas para el gran público.

Javier Ortiz. Apuntes del natural (28 de octubre de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de octubre de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2005/10/28 06:00:00 GMT+2
Etiquetas: real_sociedad 2005 fútbol televisión apuntes | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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