Seamos sinceros: ¿servimos realmente para algo práctico los columnistas de opinión? El uno se dedica a decir en plan florido lo que media España ya había pensado por su cuenta y sin tanta historia; el otro se empeña en forzar a sus lectores a pensar ideas nuevas, contrariando la firme determinación mayoritaria de eludir tan arriesgada práctica; el de más allá acumula parrafadas que no obligan a nadie a pensar porque ni siquiera las ha pensado él mismo gran cosa... ¡Columnas! Nada: baratijas, fruslerías, vanidades.
Me he decidido a cambiar tan lamentable estado de cosas, así sea por un día: hoy voy a proporcionarles, oh amados lectores, un consejo útil, que lo mismo les puede servir para las relaciones humanas que para el abordaje de fenómenos de la vida animal, tales como la política.
¿Quiere usted no sentirse nunca decepcionado, dolido, defraudado? Haga como yo: ante cualquier situación nueva, prepárese siempre para la peor de las posibilidades. Póngase en lo peor, acostúmbrese a la idea de que lo peor puede suceder y estudie cómo actuará si efectivamente ocurre. Por ejemplo: ¿que sube al Poder un nuevo Gobierno? Pues nada: usted dé por hecho que va a ser una perfecta síntesis de maldad y torpeza. De esta guisa, si el tal Gobierno se limita a encubrir el terrorismo de Estado y a subir los impuestos, usted estará muy tranquilo, consciente de la cantidad de canalladas que podía hacer y no ha hecho. Aún.
No crea nunca ninguna promesa. Cuando alguien le pronostique algo bueno o trate de infundirle alguna esperanza, no le haga el más mínimo caso. No olvide jamás la máxima del doctor Lawrence Peter: si se ve luz en el fondo del túnel, ojo. Puede ser el faro de un tren que viene de frente.
Javier Ortiz. El Mundo (16 de agosto de 1996). Subido a "Desde Jamaica" el 18 de agosto de 2010.
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Escrito por: Paula.2010/08/20 19:08:25.059000 GMT+2