Llego a Madrid ya de noche. Como sé que hoy, lunes, tengo que plantarme otra vez en la carretera, aprovecho para adelantar el apunte del día. Escribo en el pc fijo, de sobremesa, que había dejado conectado a Emule.
Dejo la cosa prácticamente terminada y me voy a la cama.
Cuando me pongo en funcionamiento esta mañana, a las 6:30, descubro que el pc se ha puesto tonto. Trato de rearrancarlo y me dice que no encuentra el archivo vmm32.vxd, por lo que tendré que reinstalar Windows. ¡Como si fuera tan sencillo! Emprendo diversas maniobras envolventes, incluido un scandisc completo del disco duro, con procedimiento de autocorrección de errores añadido.
Hay montones de carpetas con problemas. Las voy dejando de lado, tratando de rearrancar como sea, a capones si se tercia. Nada.
Trato de trabajar desde el pc de Charo. Demasiado complicado: compruebo que tendría que bajarme los archivos de la página web, para después modificarlos. No me deja acceder en red.
Acabo bajando al garaje y subiéndome el portátil. Pero ya se ha hecho tarde. Renuncio a reescribir lo que ya había adelantado. Mañana será otro día.
Recuerdo lo que había escrito y me entra una risita sardónica. Trataba de la aparente fortaleza de la política vasca de Aznar, en realidad débil, según mi tesis. La pintaba como un gigante con los pies de barro. Como un "tigre de papel", según la vieja imagen de Mao Zedong, que no resultó demasiado acertada, que digamos.
Lo que se ha demostrado, más pronto que tarde, es que mi instalación informática sí que es un tigre de papel: parece poderosa, pero resulta frágil, quebradiza.
Menos mal que, como no me fío nada -ni de nada ni de nadie-, tengo copia de casi todo lo importante que guardo en el pc fallón.
Claro que, ahora que lo pienso, ya no tengo ninguna copia. Lo que me queda es el original.
Estoy casi vendido.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (3 de noviembre de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 28 de octubre de 2017.
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