Me veo en la proximidad de algunos cambios de cierto peso en mi trajín diario.
Uno es evidente: adiós a lo que en mi entorno -porque no sólo ETA tiene su «entorno», qué caramba- hemos venido llamando «el libro de Arzalluz». Ya ni recuerdo cuándo terminé su redacción, pero hasta ayer, que perpetramos la presentación en Bilbao, última de las previstas, ha seguido presente y bien presente en mi vida. Aún no he salido hoy a la calle ni me he acercado a ninguno de los kioscos cercanos a esta plaza de Federico Moyúa en la que estoy viendo cómo trata de abrirse paso la mañana (los ingleses dicen que la hora más oscura del día es justo la que precede al alba, y no les quitaré yo la razón), pero no me hace falta ver sus productos para saber que, para variar, la prensa se quitará de encima el acto de anoche con cuatro largas cambiadas. Qué digo largas: cortísimas.
Me da que en este libro hemos ido a juntarnos dos que, cada uno por sus razones específicas, no gozamos de mayores simpatías en el mundillo de los mass media. Nadie lo hubiera dicho viéndonos anoche, rodeados del mucho afecto de tantos seguidores, pero es así.
Y que nadie vea amargura en mis palabras. Creo que cada cual está en el sitio que se ha ganado por derecho propio. Recordé ayer a los amigos y amigas que cenaron conmigo, y muy bien -la cena, digo, no el recuerdo-, la hermosa recomendación de Jorge Oteiza: «Jamás malogres tu carrera de perdedor con un éxito de mierda».
Nunca me he propuesto seguir sus consejos a pie juntillas, pero lo he logrado.
Me preguntaron bastantes: «¿Y ahora?». Les respondí con total sinceridad: «Y ahora, ya me vale. No más libros. Y, sobre todo, no más biografías. Ni siquiera la mía. O, mejor dicho, sobre todo no la mía». (Esto no le he dicho hasta ahora, pero de veras que lo siento: para mí que las autobiografías tienen mucho de epitafio.)
Otro cambio de importancia personal que me toca afrontar hoy es la transformación completa de esta página web. Cualquier día de éstos (mañana, pasado, al otro: aún no lo sé), cuando tecleéis en vuestro navegador la dirección de esta web, que algunos tendréis en vuestro menú de favoritos (gracias por ello), os saldrá algo totalmente diferente. En cuanto a la forma, quiero decir. Dentro de un rato enfilaré en coche hacia Eibar, donde el equipo que ha estado trabajando en ello durante meses (sin cobrar ni un duro, conviene decirlo) tratará de enseñarme a manejar la (¿o es el?) blog que va a dar continuidad a esta chapucilla que empecé a fabricar hace más de cinco años y que es en la actualidad, según me dicen, una de las páginas web personales más reputadas de por estos andurriales. A ver si sobrevivo yo a este intento por ponerme al día, y a ver si sobreviven ellos a su prometeico esfuerzo.
Ya os iré contando. De momento, ya digo: ahora para Eibar, al mediodía para Galdakao y a la noche para Santurtzi. Siempre recuerdo el dicho alicantino, que traduzco del catalán: «¿Que cómo ando? Como cagallón por acequia».
Hablando de cagallones. Hoy se presenta el libro sobre Florentino Pérez que ha escrito Juan Carlos Escudier para Foca, la colección editorial que dirijo. El acto será a la 1 de la tarde en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Si andáis por las cercanías, acercaros a verlo. El libro vale la pena.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (2 de diciembre de 2005). Subido a "Desde Jamaica" el 4 de diciembre de 2009.
Comentar