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2004/12/20 06:00:00 GMT+1

Tiempo de dudas

No sé si será algo producido por la propia realidad o si será efecto de mi propia evolución personal, pero el caso es que empiezan a acumulárseme los asuntos sobre los que no tengo opiniones unívocas y tajantes.

Por ejemplo, el llamado plan Ibarretxe, que hoy llega al Parlamento vasco y que será rechazado con los votos de PP, PSE-PSOE, Unidad Alavesa y Sozialista Abertzaleak. Cuando me han pedido mi opinión oral o escrita sobre ese proyecto, he enumerado los aspectos positivos y negativos que le veo, pero me he resistido todo lo que he podido a hacer el balance final, esto es, a pronunciarme sobre el saldo que arroja ese balance. Supongo -lo digo tal cual lo pienso y tal cual lo siento- que, de tener que votar su admisión a debate, votaría a favor, con la esperanza de que el plan sea enmendado y a sabiendas de que, si no resulta lo suficientemente corregido, siempre me quedará la posibilidad de rechazarlo al final del trámite parlamentario. Pero, si me tocara votar su aplicación tal cual, admito que me sería tan difícil aprobarlo como sumarme a ese «Frente del Rechazo» de facto que han constituido el PP, el PSOE y HB.

Me refugio en una consideración previa: no tengo que votar nada todavía porque no soy parlamentario vasco, y no soy parlamentario vasco... por muchas razones, pero por una que es previa a todas las demás: no aceptaría figurar en las listas electorales de ninguno de los partidos que tienen representación en el Parlamento vasco. Lo cual es menos verdad de Pero Grullo de lo que parece.

Otro asunto que también me suscita ciertas dudas a la hora de tomar una decisión final es el del referéndum sobre la llamada Constitución Europea. Sé que hay también en este asunto un «Frente del No», bastante más presentable que el que se opone en Euskadi al plan Ibarretxe, pero las razones del «No», aunque las entiendo y las comparto, no me acaban de parecer suficientes para decidirme a votar. Me atrae poderosamente la idea de la abstención. Entiendo que votar en ese referéndum, aunque sea «No», supone aceptar la farsa que supone que nos pregunten de manera tramposa sobre lo que de hecho es una carta otorgada que no responde a un verdadero proceso constituyente y que, además, carece de alternativa real. De vencer el «No» -cosa extremadamente improbable-, nos harían como les hicieron a los daneses con el Tratado de Maastricht: seguir dándonos la matraca hasta que venza el «Sí». Además, creo que lo que más daño puede hacer a los que mangonean la Unión Europea es que la población se niegue a participar en su baile. Que les diga: «Puesto que van a hacer ustedes al final lo que les dé la gana, háganlo y déjense de mandangas». Así lo veo yo, pero el hecho es que la mayor parte de las fuerzas de oposición del Estado defienden el «No» y me da no sé qué darles la espalda y tirar por mi cuenta, no tanto en el momento del voto o el no voto -que eso es secreto y no hay siquiera por qué mencionarlo- como a la hora de la propaganda previa, que ahí sí puedo pintar algo.

En fin, tercer importante motivo de duda: la integración o no de Turquía en la UE. Pero por hoy ya he escrito demasiado. Quédese Turquía para mañana.

 

Javier Ortiz. Apuntes del natural (20 de diciembre de 2004). Subido a "Desde Jamaica" el 11 de julio de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2004/12/20 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: apuntes 2004 | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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