En Linares, los dueños de los restaurantes chinos han puesto en las puertas de sus establecimientos unos carteles que dicen: «Somos chinos, no japoneses». Temen que el personal, que está que trina con los hijos del imperio del Sol Naciente a cuento de la crisis de Suzuki-Santana, la emprenda con ellos. Se ve que no confían demasiado en la habilidad de los linarenses para distinguir entre unos orientales y otros.
Comprendo que los trabajadores de Santana, Linares y todo Jaén se suban por las paredes de cabreo, pero no creo que ganen gran cosa vituperando a los japoneses. Ni a los japoneses en general ni a los directivos de Suzuki, en particular. Ellos fueron a Linares a hacer negocio; no consiguen hacerlo, así que se largan. No les interesa nada que no sea obtener beneficios. ¿Que esa es una actitud egoísta? Desde luego. Pero criticar a los capitalistas por no buscar sino el beneficio es como reprochar a los futbolistas que jueguen con los pies: es lo suyo. Los capitalistas solo reparan en la dimensión social de sus actos cuando eso puede influir en su cuenta de resultados. Estoy seguro de que Suzuki se pensaría mil veces el cierre de una de sus factorías en Japón. Porque allí su prestigio cotiza en Bolsa, y porque el cierre de una fábrica podría generar conflictos en las demás. Pero ¿en España? Bah. Aquí no se les ha perdido nada de nada.
Aseguran los trabajadores de Santana que Suzuki ha hecho todas las trampas que ha podido. Y estoy convencido de que es verdad. Pero si han hecho todas las trampas que han podido es porque han podido, o sea, porque alguien les ha dejado.
¿Que los jefes de Suzuki son unos piratas? Por supuesto. A mí lo que es, eso no me dice nada que no supiera de antemano. Los de Suzuki, y los de Volkswagen, y los de Kio... El problema no estriba en que el capital foráneo piratee, sino en que hay quien le permite piratear a su antojo.
A quienes tienen que enfilar los linarenses y los jienenses, a quienes tenemos que enfilar todos, no es a los japoneses en general, que -Pearl Harbour al margen- son gente muy jovial, caracterizada por desplazarse en grupo y fotografiar todo lo que pillan por delante, sino a nuestro ilustre sevillano de La Moncloa, que creyó que era una idea a su altura de gran estadista permitir que el capital extranjero entrara por aquí como Pedro por su casa, y al geniecillo de Tafalla, empeñado en predicar que en estos tiempos el capital no tiene patria. Qué capullo. Mira si no la tiene: pregúntenselo a los damnificados por la huída de los dineros kuwaití, alemán y japonés.
Ay, Linares: no pierdas el tiempo maldiciendo a los de Tokio, que nada sacarás de eso. Apunta más bien a quienes, por pura inepcia -si es que no por interés-, han desarmado nuestras naves y las ha puesto a tiro de cualquier corsario.
Javier Ortiz. El Mundo (26 de febrero de 1994). Subido a "Desde Jamaica" el 27 de febrero de 2013.
Comentar