¿Por qué razón el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo ordenó a la Guardia Civil que procediera en la madrugada del jueves a la detención de algunos editores y empresarios relacionados con el mundo del euskara y al registro de sus locales, cuando los propios arrestados habían manifestado públicamente su voluntad de colaborar con la justicia para disipar cualquier sospecha de colaboración con ETA por su parte? ¿Por qué Del Olmo no les llamó a declarar, sin más? ¿Qué necesidad tenía de recurrir a procedimientos tan excepcionales?
¿Lo hizo, tal vez, para que no huyeran? Aunque no aceptáramos la sinceridad de su disposición a declarar, lo que tampoco podríamos creer es que el juez ordenó su detención nocturna para cogerlos por sorpresa. Porque no hubo tal: media Euskadi, incluidos los afectados, sabía que iban a ser detenidos. Incluso qué día. Hasta se cruzaron apuestas sobre la hora. No me pregunten cómo se llegó a saber, porque lo ignoro. Lo que sí sé es que se sabía. De haber querido huir, los perseguidos por Del Olmo hubieran podido esperar a los emisarios del juez... en Katmandú.
¿Decidió quizá la utilización de métodos tan extraordinarios a la vista de la gravedad de los delitos concernidos? No. Aunque el diputado del PP vasco Carmelo Barrio no haya dudado en llamar «asesinos» y «terroristas» a los arrestados, el hecho es que de lo único que se ha hablado hasta ahora es de un posible delito económico. Hasta el ministro del Interior, tan dado a atribuir delitos no probados y a desconsiderar la presunción de inocencia -recordemos a los peligrosos terroristas del detergente-, se ha cuidado esta vez de relacionar con ETA a los detenidos.
¿Entonces? ¿Qué sentido tiene tratarlos como a terroristas y aplicarles leyes previstas exclusivamente para los presuntos delitos de terrorismo?
El juez Baltasar Garzón dio en afirmar hace ya años que el diario Egin formaba parte del entramado de ETA, por lo que decidió su clausura. Se habló mucho de ello. A cambio, no se ha hablado apenas de que hace unos meses el propio Garzón dictó un auto por el que autorizaba la vuelta de Egin a los kioscos, a condición de que pagara tales y cuales deudas. ¿Era Egin un instrumento de ETA o no? ¿Debemos entender que Garzón admitiría que volviera a salir a la calle un instrumento de ETA? Sería imposible, en todo caso. Lo que dijimos en su día se cumple ahora: no existe la clausura cautelar de un diario; un periódico que deja de salir por un tiempo, muere.
¿Qué clase de justicia es ésa, que permite que pasen los años y los sumarios duerman el sueño de los injustos sin sustanciarse en nada?
Éste de Egunkaria y aledaños va camino de ser otro más.
Mencionaba antes las apuestas. Pueden ir ustedes cruzando algunas sobre el tiempo que puede tardar en concluirse este sumario.
Un consejo práctico dictado por la experiencia: utilicen el año como unidad de medida.
Javier Ortiz. Apuntes del natural (17 de octubre de 2003) y El Mundo (18 de octubre de 2003). Hay algunos cambios, pero no son relevantes y hemos publicado aquí la versión del periódico. Subido a "Desde Jamaica" el 25 de octubre de 2017.
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