Ya pedí en pasada ocasión a los responsables del PSOE que no me incluyan en su campaña de propaganda puerta a puerta. Lo hice por pura medicina preventiva, tratando de eludir una situación potencialmente violenta. Ahora que veo cómo es la ficha que deben rellenar los visitadores, compruebo que, además, no les hace falta para nada venir a verme personalmente: mi filiación ya obra en su poder y, en cuanto al resto, les basta con marcar una equis allí donde en la ficha dice «hostil».
Me apunto al término no porque me guste, sino por obligación. Si me fuerzan a elegir entre «simpatizante», «indiferente» y «hostil», ¿qué otra cosa puedo hacer? El franquismo era indudablemente más brutal que el felipismo; pero -lo que son las cosas- cuando hacía el inventario de sus oponentes políticos, utilizaba una terminología más fina y sutil: escribía «desafecto al Régimen». A mí me hubiera gustado que el PSOE conservara esa tradición del franquismo -total, una más no se notaría nada- y pusiera en mi ficha eso de «desafecto al Régimen». Y es que, en primer término, lo mío no es un problema de hostilidad, sino de estricta desafección, o sea, de malquerencia, de oposición. En segundo lugar, mi falta de afecto no se dirige contra el PSOE -si se tratara simplernente del PSOE, casi preferiría que me incluyeran en el capítulo de los indiferentes- sino eso, contra «el Régimen». ¿Que no me creen? Dejen el Gobierno y verán cómo ipso facto me empiezo a olvidar del PSOE, cómo critico cuanto me parezca mal de los siguientes que ocupen el Poder y cómo, si se ponen a organizar otro «Régimen», también ellos me podrán catalogar como desafecto.
El término «Régimen» juega un papel fundamental en todo esto. Lo considero imprescindible, tanto por su ajustada precisión como por las resonancias que despierta. Entre nosotros, según una muy acendrada tradición -diccionarios aparte-, el «Régimen» es el aparato de control de la sociedad que se monta quien está en el Poder. Por eso reivindico el título de «desafecto al Régimen»: creo que es la sociedad civil la que debería controlar a los que mandan, y no a la inversa. La encuesta puerta a puerta del PSOE, en tanto que intento de fichamos y controlamos, es un típico acto «del Régimen».
Javier Ortiz. El Mundo (7 de noviembre de 1992). Subido a "Desde Jamaica" el 14 de noviembre de 2010.
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