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2003/03/26 06:00:00 GMT+1

Soldado de Sadam

Si uno quiere entender cómo funciona la vida -y por qué- debe ponerse sistemáticamente en el lugar del otro. No necesariamente del Otro, con mayúscula. No siempre del enemigo. Del otro. De los muchísimos otros -otras- que existen. «Y si yo fuera él, ¿qué haría?». Es el único modo de prever los movimientos ajenos.

Sé que es lo que hay que hacer, pero no siempre soy el mejor seguidor de mis propios consejos.

Ayer me di cuenta de que no se lo he aplicado al ejército de Sadam Husein.

¿Y si yo fuera soldado del ejército iraquí?

Daba por supuesto, sin mayor reflexión, que las tropas de Husein se rendirían en masa en cuanto empezaran las hostilidades. O que saldrían corriendo. Hacia el Líbano, hacia Irán, qué sé yo, hacia cualquier otra parte. Hacia donde no cayeran bombas. ¿Qué pinta uno dando la vida por un régimen corrupto, tiránico?

Pero no. La resistencia que están encontrando las fuerzas armadas anglonorteamericanas en su avance hacia Bagdad es fortísima. Las propias autoridades de Washington, tan cuidadosas en todo lo que tenga que ver con la moral de la propia tropa -militar o civil-, han tenido que admitir que no se esperaban nada semejante. Incluso, en un esfuerzo por neutralizar la penosa impresión que están dando -la primera potencia mundial, bloqueada por una gente que vive porque no tiene donde caerse muerta-, se dedican a contar historias sobre revueltas populares acerca de las cuales no aportan ninguna prueba (como hace días anunciaron que habían encontrado una fábrica de armas químicas que, si no me equivoco, también sigue estando por ver).

No sé. Pero ahora, cuando trato de ponerme en el lugar de un soldado iraquí, imagino que es muy posible que pensara que hay valores que están por encima del régimen político concreto que ostenta el poder en mi país en un momento concreto. Y que me dijera que lo de esa gentuza con sede en Washington no tiene nombre. Y que concluyera que, estando en juego la dignidad -no ya la mía: la de mi gente-, no queda más alternativa que luchar. Con todo lo que se pueda. Tanto como se pueda.

Vistas así las cosas, no descarto para nada que, de ser iraquí, yo también hubiera podido ser un soldado de Sadam.

Javier Ortiz. Diario de un resentido social (26 de marzo de 2003). Subido a "Desde Jamaica" el 8 de marzo de 2017.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.2003/03/26 06:00:00 GMT+1
Etiquetas: 2003 diario irak sadam_husein | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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