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1992/02/29 07:00:00 GMT+1

Silencio, se manda

Muchos cometen el gran error de creer que el PSOE es un partido de izquierda que, por razones de tipo coyuntural, se dedica a hacer una política derechista. Víctimas de ese fatal equívoco, están siempre a la espera de que el Gobierno socialista «reaccione» y se comporte «como debería», y se quedan perpetuamente perplejos ante las barbaridades que realmente comete.

Yo no creo que el PSOE sea un partido de izquierda. Para empezar, ni siquiera creo que ese término -izquierda- sirva ya para designar nada concreto. ¿Qué tienen en común Pablo Rodríguez y Joaquín Leguina, Castro y Panella, Nelson Mandela y Jerónimo Saavedra, Li Peng y Nicolás Redondo, Rodríguez Ibarra y Toni Negri? Decirse hoy «de izquierda» apenas si vale para evocar ciertos viejos tics políticos e ideológicos de escasa incidencia práctica actual. Unos tics, por cierto, de la mayor parte de los cuales los miembros del PSOE también se han desprendido -por lo menos en horas de trabajo: por la noche, y con un whisky en la mano, a veces los recuerdan, y entonces lo suyo es aún más inaguantable-.

El PSOE, como todo pichichi, se define por lo que hace, y lo que está haciendo desde 1976 -antes no podía hacer nada: no existía es un destrozo de mucho cuidado. Ha sido el Atila de las ilusiones de cambio, el triturador de la lucha por las libertades auténticas, el inventor de la infeliz síntesis entre el celtiberismo tabernario y el chip prodigioso (de importación, por supuesto), el gran fabricante de todas las oportunidades perdidas. Y no crean que lo digo porque me hayan defraudado. Yo nunca les voté. Les conocía.

¿Han visto ustedes los artículos del anteproyecto de nuevo Código Penal dedicados a magnificar los delitos de opinión? Escandalosos, sí, pero nada sorprendentes: son PSOE en estado químicamente puro.

Habrá quien piense que miro la realidad con ojos corporativos. De eso nada. Si ese Código Penal sale adelante, vayan diciendo ustedes adiós a la oposición real: ellos podrán acallar la disidencia en cuanto les dé la gana. Y no tienen ganas de otra cosa. Porque no les basta con controlarlo todo: quieren que el que no aplauda, por lo menos se esté callado.

Javier Ortiz. El Mundo (29 de febrero de 1992). Subido a "Desde Jamaica" el 29 de febrero de 2012.

Escrito por: ortiz el jamaiquino.1992/02/29 07:00:00 GMT+1
Etiquetas: psoe izquierda 1992 el_mundo felipismo | Permalink | Comentarios (0) | Referencias (0)

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