No hay nada como repetir cien mil veces una media verdad para que acabe pareciendo una verdad absoluta. Con la ventaja adicional de que las verdades absolutas no necesitan demostración, lo que excusa de mayores explicaciones a quienes las esgrimen.
Se está repitiendo estos días hasta la saciedad que las dos mociones de censura presentadas contra Ibarretxe por el PP y el PSOE han puesto de manifiesto la debilidad política de su Gobierno. Se apela al resultado de las correspondientes votaciones: hubo más votos a favor de ambas mociones que en contra. «Ibarretxe representa en estos momentos a una minoría de la sociedad vasca», concluyen.
Es cierto que, desde el punto de vista estrictamente parlamentario, Ibarretxe gobierna en minoría. Con una minoría mayoritaria, para ser exactos. Lo cual tampoco tiene nada de extraordinario, dicho sea de paso: no es el suyo, ni mucho menos, el primer gobierno minoritario de la historia del parlamentarismo, ni será el último.
Pero ése es sólo un aspecto de la realidad. El otro -sobre el que ponen mucho cuidado en no llamar la atención- es que los parlamentarios que han rechazado la censura están respaldados por más votos que los obtenidos por quienes la patrocinaron. Sin necesidad de contar con EH para nada. Ayer mencioné el dato: 530.000 votos, frente a 487.500.
Dicen que «se ha oído la voz de la sociedad vasca». Falso. Lo que se ha oído es la voz del señor D'Hont. Si de sociedad vasca se habla -y de sociedad vasca hablan-, ellos tienen menos respaldo social, contabilizado en votos, que el Gobierno de Ibarretxe. ¿Que atesoran muchas expectativas de cara a las próximas elecciones? Excelente, soñar es libre. Pero de momento lo único que cabe contabilizar son los votos emitidos; no los que están por emitirse.
Por lo demás, el PP, el PSE-PSOE y Unidad Alavesa han demostrado en este episodio que su unidad tiene un carácter meramente coyuntural y negativo. En lo único que se han puesto de acuerdo es en oponerse a Ibarretxe.
No digo yo que fueran incapaces de acordar un programa de gobierno, llegado el caso. Los programas... ya se sabe. El obstáculo es otro: determinar qué partido se quedaría con la Lehendakaritza. El PSE-PSOE ya ha dicho que no tendría inconveniente en gobernar con el PP, «siempre que el lehendakari fuera un socialista». Pero Mayor Oreja no ha hecho todo lo que ha hecho para quedarse luego de vice-lehendakari.
De modo que, si como coalición actual no dan el peso, como alternativa de futuro son una pura nebulosa.
Javier Ortiz. Diario de un resentido social (8 de octubre de 2000). Subido a "Desde Jamaica" el 8 de abril de 2017.
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