Leo que un quídam de mucho postín se ha buscado un término para clasificar a algunos escribidores, entre los que me sitúa en lugar preferente. Nos une por el común denominador del «izquierdismo trasnochado» y nos define en conjunto como «reliquias pensantes».
Creo entender en qué sentido habla de reliquias. Para él, alguien que recusa el presente -el juego de intereses que inspira el orden del presente- solamente puede ser un sesentaiochista incapaz de adaptarse a los tiempos que corren. Un tonto que no se ha enterado de que la época de las enmiendas ideológicas a la totalidad ha pasado. Y que ha pasado porque las enmiendas a la totalidad han fracasado, víctimas de sus propios yerros y su propia inmundicia. ¡Seguir dando la vara con sus críticas al capitalismo y al individualismo! ¡Valiente plasta!
No tiene razón.
No la tiene porque, como tantos y tantos han hecho a lo largo de la Historia, confunde el fin de una batalla con el término de toda la guerra. Las rebeldías radicales de los años 60 y 70 -las hubo muy diversas: sólo puede verlas como una sola quien no las entendió ni cuando creyó ser parte de ellas- fueron un episodio, por lo demás bastante menos decisivo de lo que algunos fantasiosos pretenden ahora.
Pero la rebeldía contra el orden social existente es una constante de la Historia. Hay épocas en que crece, se extiende y estalla con furor indomable, y transforma el mundo (bien es cierto que casi siempre de modo bastante alejado del pretendido). Y hay otras épocas en que se embota y aletarga, hasta el punto de que se diría muerta para siempre.
¿Estamos viviendo ahora una de estas épocas? Es aún pronto para decirlo. Desde un punto de vista personal, veinte o treinta años es mucho -a veces demasiado-, pero para la Historia de la Humanidad es apenas un suspiro. Hay tantas materias inflamables en el mundo de hoy que resulta muy arriesgado pronosticar calma chicha para rato. Tal vez un habitante del occidente europeo, que mire el mundo como la rana desde el fondo del pozo, pueda darlo por cosa hecha. Pero no tendría nada de especial que se equivocara.
El que sostiene en pie su vieja rebeldía de hace veinte o treinta años no es obligatoriamente una reliquia de tiempos pasados. Puede ser un adelantado de convulsiones futuras. Pero, en todo caso -y esto es algo que el quídam fustigador de «reliquias pensantes» me temo que nunca podrá llegar a entender- la incompatibilidad con el orden social imperante no es materia que tenga que ver con los vientos favorables o contrarios: es fruto conjunto de la sensibilidad hacia la injusticia y de la incapacidad para darla por buena. Hubo gente así en tiempo de Nerón, la hubo bajo Carlos V y la habrá mañana en el reino de Clinton III.
Hay actitudes que nunca dejan de estar de moda. Son consustanciales a la Humanidad misma. El espíritu crítico es una. El servilismo, otra. La pena -y así le va al mundo- es que siempre ha habido -y lo que es peor: habrá- muchos más conformistas que rebeldes.
Javier Ortiz. El Mundo (5 de octubre de 1996). Subido a "Desde Jamaica" el 9 de octubre de 2010.
Comentarios
Escrito por: kala.2010/10/09 14:40:25.735000 GMT+2