La cosa de ejercer en esta casa como segundo de a bordo en materia de opinión hace que muchos me tomen por una especie de ombudsman ideológico. «Hay mucha gente cabreada porque estáis dando demasiada cancha al PP», me comenta el uno. «¿y ese entusiasmo que os ha entrado por Anguita? ¿Qué pasa? ¿Que os váis a hacer comunistas justo cuando ya nadie quiere serlo?». A todos trato de explicarles lo mismo: que nuestra línea editorial defiende la conveniencia de que el PSOE no gane otra vez las elecciones, y que la gran ventaja, la enorme virtud que tienen todos los que no son el PSOE es que no son el PSOE. Unos aceptan la respuesta, otros no, y es fácil que todos acierten, porque todos tienen, si no razón, sí buenas razones.
Hay un reproche, sin embargo, para el que no tengo ninguna respuesta, tal vez porque yo también me lo hago: «Ya vale de política, ¿no?», me dijo el otro día un buen amigo, que no se caracteriza precisamente porque le aburra pensar -lo que le aburre es pensar sobre cosas aburridas-. «Os habéis montado un tinglado entre los periodistas y los políticos, y estáis encantados, cociéndoos en vuestra propia salsa. Pero son historias que importan un pito a la mayoría. La vida tiene un montón de facetas que son muchísimo más interesantes». Tienes razón, mi buen amigo. Yo mismo, cuando salgo del diario, sólo pienso en olvidarme de todo eso. Es entonces cuando me acuerdo de que me duele la rodilla desde hace días, y de que está hecho polvo alguien a quien quiero mucho, y de que otra persona que llevo en el alma se ha enfadado conmigo... ¿Tiene Aznar algo que proponer al respecto? ¿Me resolverá algún problema de ésos la oferta electoral de González? No, claro que no. Pero darles la espalda, por justo que sea, no va a desconvocar la cita del 6 de junio.
Javier Ortiz. El Mundo (16 de mayo de 1993). Subido a "Desde Jamaica" el 19 de mayo de 2012.
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